Misión cumplida

Por lo pronto, nuestra misión está cumplida.
Meses atrás me pidieron formar parte de la Comisión de Coordinación con el perito Roberto Meza en torno a la muerte del general Jorge Gabela. Esta se creó mediante decreto presidencial en cumplimiento de la sentencia No. 2366-18-EP/23 de la Corte Constitucional del Ecuador (CCE), por la cual se declaró la violación de los derechos de acceso a la información pública y a la verdad de la señora Patricia Ochoa, viuda del general Gabela.
La violación de estos derechos se debe, en parte, a la desaparición del Tercer Producto elaborado por el perito Meza, contratado por el gobierno de Rafael Correa para determinar las causas del crimen. Este documento, de acuerdo al contrato que se suscribió con el perito, solo sería realizado si se determinaba la existencia de autores intelectuales. Como es harto conocido, luego de entregado a los funcionarios de ese gobierno, el producto se esfumó. De ahí la obligación del Estado de reconstruirlo.
Lo medité poco. Como todos los ecuatorianos soy testigo del dolor de la señora Ochoa y de su familia, no solo por la muerte del general, sino por la denegación de la justicia y de la verdad de las que han sido víctimas desde hace 13 años. Si podía aportar en algo para que se hiciera justicia en un país en el que por lo general la impunidad campea, consideré mi obligación moral asumir esa tarea. Saber que Jeaninne Cruz y Sebastián Palacios me acompañarían terminó de convencerme.
A pesar de la predisposición del perito para hacer la reconstrucción y la apertura y colaboración de las instituciones del Ejecutivo, no fue un camino fácil. Amenazas, intimidación e infamias, a lo que hay que sumarle una ridícula denuncia por peculado, nos han acompañado durante estos meses, pero con orgullo podemos decir que hemos hecho nuestro trabajo.
Ahora serán la Fiscalía y la Justicia las que deban investigar y establecer responsabilidades y penas, no solo a los autores de este execrable crimen, sino a todos aquellos responsables de la desaparición del tercer producto, determinando, sobre todo, qué los motivó a ocultarlo. Por lo pronto, nuestra misión está cumplida.