Bernardo Tobar: Oportunidad histórica
Sería miope analizar el triunfo republicano por el retorno de Trump, del personaje
Cada nación tiene sus ciclos y Estados Unidos había llegado a un umbral crítico, como lo dije el pasado 16 de julio en este mismo espacio, pues la ruta marcada por el partido demócrata habría terminado hundiendo al Titánic. Y con éste, a medio mundo, presa de la succión del agua muerta. A diferencia de las alternancias de antaño en el Salón Oval, que pasaban por matices y énfasis programáticos y algún amago teórico, dentro de un marco inalterable de instituciones y principios fundamentales, en esta encrucijada histórica se jugaba el desenlace de la crisis de identidad de Occidente. Forzado a resumirlo, no se trataba de rojos o azules, sino de libertad o colectivismo.
Hace tiempo, acelerado desde Obama, el partido demócrata tomó el derrotero de las causas y mitos clásicos del libreto socialista, argucias para justificar un mayor control estatal sobre la libertad personal, que solo precisan tiempo y grados para que el sapo escalfe en la olla totalitaria, incluyendo el cambio climático, los dogmas Woke, la expansión e influencia del ‘Deep State’ sobre las instituciones visibles, la equidad distributiva, farsante fórmula que sustituye el mérito por la imposición colectiva y conlleva mayor exacción fiscal, impresión monetaria y endeudamiento ilimitados, hasta el control de los medios y la narrativa. Esto último es patente desde los motores de búsqueda de Google, los algoritmos de ChatGPT, la mano progre que valida las entradas en la Wikipedia hasta lo que filtraba Twitter cuando estaba en manos de Zuckerberg, según él mismo ha confesado. Y qué decir de los medios tradicionales, con sus entrevistas editadas, debates amañados, noticias trucadas y titulares engañosos para favorecer a la candidata del ‘establishment’, todo coreado por celebridades con guion recitado o a sueldo. La red X y su respeto sin concesiones a la expresión libre contrapesó semejante manipulación y teatro de marionetas.
Sería miope analizar el triunfo republicano por el retorno de Trump, del personaje. El quid del asunto es la oportunidad que se le abre al llamado mundo libre, o lo que queda de éste, para rescatar los valores moribundos que configuraron la esencia de Occidente: la libertad individual -y todas las libertades civiles que se derivan de ella-, la familia, el humanismo cristiano, la democracia, el estado mínimo, subsidiario, y el imperio de la regla de derecho.