El caso FTX

...hay agentes económicos que prefieren el método tradicional, ya sea por el riesgo de olvidar la clave de su propia bóveda digital o la promesa de que sus recursos serán multiplicados por profesionales
La quiebra en Estados Unidos de Norteamérica de FTX, un grupo cuya corporación más importante operaba una casa de cambio de valores generados en ‘blockchain’ -a los que haré referencia como criptomonedas y ‘tokens’- y un fondo de inversión al que desviaba fondos de los clientes de aquella, entre decenas de compañías adicionales, ya es el escándalo financiero más grande desde la crisis de 2008, culebrón político incluido, dadas las conexiones y protecciones en altas esferas del poder que se procuró su actor principal, quien hasta hace pocos meses aparecía de la mano de celebridades, y hoy está a puertas de ser cortejado por agentes de la justicia, cual Madoff de las criptomonedas.
Dado el ruido en medios y el comentario de los detractores de los valores generados en ‘blockchain’, conviene precisar que el caso FTX no es un ejemplo de los riesgos de las inversiones en criptomonedas, sino una réplica de los vicios de la administración financiera centralizada. Mientras la gran innovación de ‘blockchain’ supone la ausencia de intermediación en la gestión y administración de activos con valor monetario, hay agentes económicos que prefieren el método tradicional, ya sea por el riesgo de olvidar la clave de su propia bóveda digital o la promesa de que sus recursos serán multiplicados por profesionales. Y entonces transfieren sus criptomonedas a una bóveda digital bajo administración centralizada. Lo demás es historia que se repite de tiempo en tiempo: administradores que juegan con los activos que custodian, de espaldas a sus propietarios, sean dólares o criptomonedas. Naturalmente que estos casos generan pánico, retiros masivos de criptomonedas y liquidaciones intempestivas de inversiones representadas en ‘tokens’ -tal como sucede en el universo financiero tradicional-, impactando gravemente la cotización de estos activos, al punto que los defensores del ‘statu quo’ ya celebran, otra vez, el final del sistema monetario habilitado por ‘blockchain’. No es la primera ocasión en que una crisis golpea drásticamente la cotización de las criptomonedas desde 2011, y en todos los casos, pasados los picos altos de la euforia y los bajos del pánico, vista la curva de apreciación en el largo plazo, Bitcoin ha seguido incrementando su valor de manera significativa respecto del dólar.