Carlos Reyes: A la carga

“Estaremos atentos a las decisiones que tome el nuevo gobierno...”.
Una vez más, el Guasón vuelve a amenazar la escasa tranquilidad de Ciudad Gótica. Lamentablemente, no se trata de una reciente adaptación de Tim Burton o de Christopher Nolan. Se trata de nuestro Guasón Andino, el Joker del Páramo, el Payaso Terrorífico (o terrorista) de la política indígena, quien con absoluto desparpajo amenaza desde ya al recientemente electo a la presidencia de la República, Daniel Noboa, advirtiéndole airadamente: “Estaremos atentos a las decisiones que tome el nuevo gobierno, frente a cualquier paquetazo neoliberal o medidas económicas antipopulares”.
Leonidas Iza parece vivir en un mundo paralelo, alucinatorio y delirante, en el que se piensa como un redentor mesiánico, representante de la pluridad nacional, depositario de la representación popular, custodio del indigenado y los pueblos multiculturales, heredero único del voto populista.
En un comunicado del 19 de octubre, apenas cuatro días después de las elecciones, vuelve a la carga, pretendiendo imponer su agenda particular, un listado de 15 demandas que de no cumplirse amenazaría con incendiar nuevamente el país, buscando repetir su Octubre, a fin de generar terror en las calles y desestabilizar el aún no posesionado Gobierno. Su pliego de peticiones está lejos de enfocarse en la pobreza o la inseguridad, el narcotráfico o el desempleo. No, sus demandas atienden su agenda ideológica, rechazando las reformas laborales necesarias para flexibilizar y fomentar el empleo; pretende la condonación de deudas con la banca privada, exige control de precios sin ningún sustento macroeconómico, insiste con la moratoria de las concesiones mineras, la eliminación de los tratados de libre comercio, entre otros.
Agrega en su comunicado que sus demandas son “en total respeto a la voluntad popular expresada en las urnas”, desconociendo así la avasallante derrota sufrida por Pachakutik en las urnas. Este movimiento político llegó a tocar su cielo en política en el 2021, al haber representado la segunda fuerza política en la defenestrada Asamblea, al haber casi llegado a segunda vuelta en las elecciones presidenciales, al haber logrado incluso ocupar la presidencia de la Asamblea. La etapa gloriosa terminó dos años después con una escasa representación en la Asamblea, tan solo cinco asambleístas, y con un candidato a la presidencia, el mismo del 2021, que llegó entre los tres últimos.
No supieron administrar su capital político, fueron derrotados por sus propias envidias y miserias, dividiéndose, mostrando sus escasas capacidades y su poca moral. Desde la asambleísta Rosa Cerda con su frase “si roben (sic), roben bien”, hasta el ‘violador de motel’, Peter Calo, quien fue sentenciado a 19 años de prisión por abusar de una joven de 19 años. Y es que este alienado mental no solo ha defendido a estos personajes siniestros, sino que protesta abiertamente en contra del sistema judicial, acusando a la justicia de estar al servicio de la oligarquía y afirmando que todo se trata de una persecución política en contra de sus pobres secuaces.
Iza parece envisionar un mundo donde no hayan gobiernos ni asambleas, elecciones ni jueces; un mundo donde solo el poder de su exiguo liderazgo popular, basado en el terror, baste para dirigir su pueblo, un pueblo que lo ha rechazado abrumadoramente.