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Yasundidos

Avatar del Carlos Alberto Reyes Salvador

...quizás el efecto más devastador sería el terrible precedente que sentaría la consulta de ganar el SÍ

“¡NO!”. Eso es lo que deben marcar los ecuatorianos el próximo 20 de agosto para evitar que el país pierda miles de millones de dólares, afectando así nuestra ya exigua y debilitada economía.

La consulta popular del Yasuní busca resolver si se detiene la extracción de petróleo en el Bloque 43 del ITT ubicado en el Parque Nacional Yasuní.

La idea nace hace más de 15 años, cuando el gobierno de Correa buscó condicionar la no explotación de la zona decretada como intangible a una compensación por parte de la comunidad internacional por los ingresos que el país dejaría de percibir. Esta iniciativa fracasó y se dio inicio a la explotación de los campos petroleros. Desde entonces, el colectivo Yasunidos ha buscado la forma de detener la actividad petrolera en la zona, aduciendo el supuesto daño ecológico irreparable que se causa.

Luego de diez años, logró que la Corte Constitucional aprobara dar paso a esta consulta que pone en las manos del pueblo la decisión. Una decisión cuyos efectos pocos entienden y cuyo alcance puede ser impredecible.

¿Qué implica dejar de explotar el Bloque 43? Según los expertos, el país dejaría de percibir unos 1.200 millones de dólares al año.

A esto habría que sumar el costo de desmantelar y clausurar las instalaciones de los 225 pozos petroleros y toda la infraestructura del bloque 43, costos que se estiman bordearían los 500 millones de dólares. Esto sin considerar que se estaría botando a la basura la inversión ya realizada, que bordeó los casi 2.000 millones de dólares.

Finalmente, el impacto laboral en la zona podría ser catastrófico, poniendo en riesgo más de 1.000 empleos directos y 5.000 indirectos.

Sin embargo, quizás el efecto más devastador sería el terrible precedente que sentaría la consulta de ganar el SÍ, pues podría ser el inicio de una serie de consultas que apuntarían a acabar con la actividad petrolera y a la postre con toda la industria extractivista del país.

La situación genera tanta incertidumbre que incluso los grupos políticos más antagonistas se muestran abiertamente en contra de la consulta, conscientes de que de ganar el SÍ, el próximo gobierno se verá obligado a buscar recursos para compensar esa situación; recursos que solo podrían conseguirse por la vía de la eliminación de subsidios, incremento de impuestos, recorte de gastos en programas sociales, educación, nutrición y seguridad.

Este panorama solo se ve agravado por la inminente llegada del fenómeno de El Niño, cuyo efecto podría ser devastador en infraestructura, vialidad y especialmente en la salud del pueblo, pudiendo generar pérdidas que podrían ascender a los 3.500 millones de dólares.

Poniendo las cosas en perspectiva, el área afectada por el campo petrolero en cuestión es de 80 hectáreas; el Bloque 43 tiene 300 hectáreas en total.

El Parque Nacional Yasuní se extiende en un área que bordea el millón de hectáreas.

¿Se perjudicará al país por ‘salvar’ al 0,008 % del Parque Nacional Yasuní?

¿Pondremos en riesgo los ingresos que nos permiten cubrir los gastos que el país requiere?

Debemos responder a la consulta popular pensando en el bien mayor, con responsabilidad y sensatez.