Carlos Andrés Vera: ¿Conciencia o propaganda?

Si estamos ante un líder democrático, su equipo de comunicación debería diseñar mensajes para que los ciudadanos se formen criterios más profundos
Uno de los temas que se le criticó al gobierno saliente fue su comunicación. Imposible no comparar la comunicación del presidente Lasso con el estado de propaganda que en sus años montó el presidente Correa. Pasamos de un estilo de sabatinas imponiendo la agenda informativa y rindiendo culto semanal al líder, a uno moderado al extremo de desconectarse totalmente de la ciudadanía. Ante resultados tan disímiles, es natural que los nuevos gobernantes se vean tentados a emular el Estado de propaganda que tantos réditos le dio al correísmo. ¿Debe ser ese el camino? Si nos guiamos por la ética, no. Pero si se busca conectar con la ciudadanía, está claro que el estilo del gobierno saliente tampoco funciona. Entonces, ¿cómo debe comunicar un gobierno?
La clave está en diferenciar lo que es un Estado de propaganda donde la figura central es el líder de turno vs. un Estado donde la figura central es el ciudadano. Vamos, que si eres gobierno y vas a gastar millones en la construcción de tu imagen mientras destruyes la de tus enemigos, estás robando recursos públicos.
Ahora que el presidente Noboa se ha declarado representante de la nueva política, podría diferenciarse de sus antecesores con un estilo auténticamente nuevo, haciendo de la comunicación una herramienta para movilizar conciencias.
Si estamos ante un líder democrático, su equipo de comunicación debería diseñar mensajes para que los ciudadanos se formen criterios más profundos sobre el valor y amor a su país, el ejercicio de la ciudadanía, el valor de la democracia y la importancia de desarrollar un pensamiento crítico. Que sea el presidente el primer ciudadano que encarne esos valores y motive a su pueblo a seguir su ejemplo. Al final del día, una ciudadanía activa, despierta, consciente, puede ser el mejor aliado de un líder que encarne una auténtica agenda de cambio.
Hace pocas semanas el nuevo presidente de Argentina, Javier Milei, lo sintetizaba en una poderosa frase: “Yo no vengo a guiar corderos, yo vengo a despertar leones”.
La comunicación de un gobierno no debe ser una herramienta de sumisión sino de conciencia.