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Carlos Andrés Vera | Eso es coraje

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Estos son ejemplos de valentía y su fuerza transformadora: basta un ciudadano determinado

Sobreponerse al miedo cuando las circunstancias son adversas. Tener el valor de dar la cara en tiempos donde se malemplea el anonimato para escupir infamias. Hacer lo que uno considera correcto, incluso cuando se va contra corriente o se siente solo. Elegir el camino honesto frente a la tentación del dinero fácil. Enfrentar una situación de pérdida, buscando las fuerzas para salir adelante. No agachar la cabeza, no darse por vencido. Asumir responsabilidades en lugar de entregarse al victimismo. Eso es coraje. Es la fuerza vital detrás de cada hazaña cotidiana o de los grandes cambios en la humanidad.

El coraje es también una virtud humana según el estoicismo, la filosofía fundada por Zenón de Citio en el siglo III a. C. Esta filosofía enseña que la clave para una vida plena radica en la práctica de cuatro virtudes cardinales: sabiduría, justicia, fortaleza y templanza. La sabiduría se refiere a la prudencia y a la capacidad para discernir el bien del mal y así tomar mejores decisiones. La justicia implica actuar con equidad, respetando los derechos y deberes de los demás. El coraje es la fortaleza necesaria para enfrentar adversidades. Y la templanza alude a la moderación, al control de los deseos y emociones, evitando los excesos. En medio del ruido de la modernidad, donde casi todo se observa a través de la ideología y la polarización, es crucial regresar a lo esencial: a estas cuatro virtudes humanas. Son la observación y la práctica de estas virtudes las que representan la mejor vacuna contra la insensatez y el fanatismo.

He reflexionado sobre esto a propósito de dos eventos que ocuparon la agenda pública esta semana. El primero, la investigación de Arduino Tomasi, quien, por cuenta propia y comprendiendo los riesgos, publicó hace meses un estudio que revela el ocultamiento de cifras de más de 7.300 muertes violentas después de la salida de la base de Manta. El segundo, las demandas que interpusieron Pamela Troya, Santiago Becdach y Mónica Jaramillo ante el TCE contra la tramposa ‘liga azul’ y su intento de cooptar el CPCCS, promocionándose ilegalmente a través de un partido político. Estos son ejemplos de valentía y su fuerza transformadora: basta un ciudadano determinado para poner a temblar a las fuerzas más temibles del poder. Eso es coraje.