Carlos Andrés Vera | Díganlo claro

Resulta gracioso leer en redes sociales el pedido -la casi súplica- de personas que se autodefinen como “de izquierda”, a Rafael Correa y Leonidas Iza para que dejen sus diferencias a un lado y “haya unidad”. Que “haya unidad” para derrotar al “neoliberalismo”. Y, por supuesto, “al neofascismo”. Neofascismo representado por “la mafia mediática” y “los grupos de poder”. Se entusiasman con los acuerdos que hubo la semana pasada en Francia y de inmediato abanderan ese ejemplo, cuyo contexto y fondo no tienen nada que ver con Ecuador. Al leer esas consignas, altisonantes y ridículas, uno podría pensar que está ante las clásicas cuentas anónimas que hablan cualquier cosa en redes sociales. Pero no.

Las consignas vienen de gente que afirma haber estudiado: abogados, catedráticos, profesores, politólogos. Gente real, que nunca pierde la oportunidad para dar alguna cátedra en redes. Gente becada. Gente que se atribuye la vocería del pueblo ecuatoriano. Y cuando veo estos perfiles hablando tal grado de pendejadas, me pregunto: ¿en qué momento me perdí que ser de izquierda incluye ser indiferente al caos, a la corrupción y a la delincuencia organizada? Señores, ¿para eso estudiaron? Pues no estoy impresionado.

Qué pena que haya que volver a lo evidente: el correísmo hace años dejó de ser un proyecto político para ser uno delincuencial. Y es que su agenda no es otra que buscar a toda costa (el colapso mismo de la institucionalidad incluida) lograr la impunidad de los ya sentenciados Correa y Glas. No se han dedicado a otra cosa que a eso y no se dedicarán a otra cosa que a eso. Por otro lado, Leonidas Iza lideró dos paros violentos que le costaron más de $ 3.000 millones al Ecuador. Paros que, montados en el descontento popular, tuvieron a poderosas mafias del narco y de la política detrás. Paros donde se asedió a la gente y se destruyó el empleo de cientos de miles de personas. Iza, cuya consigna, literalmente, es “comunismo indoamericano o barbarie”. Estamos pues, no ante dos proyectos políticos sino ante dos caudillos que han dejado su agenda personal muy clara.

Haya o no esa unidad, lo último que hay es un proyecto de “izquierda”. A los estudiados de la izquierda que se pasan hablando tonterías, solo les pido que hablen con la verdad. Su proyecto es delincuencial y/o autoritario. Díganlo claro.