Carlos Andrés Vera: La olla que destapa ‘Sound of Freedom’
Según Unicef, América Latina es una de las regiones más afectadas por el tráfico de niños con fines sexuales o laborales
‘Sound of Freedom’, film de Alejandro Monteverde, protagonizado por Jim Caviezel y producido por Eduardo Verástegui, es una historia basada en hechos reales sobre un agente norteamericano y su odisea al desmantelar redes de pedofilia y prostitución infantil en América Latina. El largometraje ha levantado enorme polémica en redes sociales y algunos medios por las razones equivocadas: que sus productores creen en extrañas teorías de conspiración, que sus realizadores representan a una facción fundamentalista de la Iglesia católica, entre otros cuestionamientos que no tienen nada que ver con lo esencial: la tragedia que denuncia la película. Me pregunté si el tema tratado - bombardeado con clichés o exageraciones como es común en el cine gringo- tiene asidero en la realidad. Y vaya que sí.
Según Unicef, América Latina es una de las regiones más afectadas por el tráfico de niños con fines sexuales o laborales. Solo en 2022, se estima que más de cien mil niños y niñas fueron víctimas de esta actividad criminal. Cien mil. Eso es equivalente a más o menos la mitad de todo Manta. Los países que más sufren esta tragedia son México, Brasil, Colombia, Guatemala y República Dominicana. En Ecuador no estamos librados ya que el tráfico sexual de niños es una actividad paralela al narcotráfico. De hecho, son más comunes en nuestro país las noticias sobre la aprensión o desarticulación de redes criminales vinculadas a estas actividades.
Resulta absurdo entonces sumarse a las polémicas que giran alrededor de ‘Sound of Freedom’ perdiendo de vista la tragedia que nos escupe en la cara. Sería como ver a una persona moribunda en la calle y preguntarle primero por su nacionalidad antes de decidir si echarle o no una mano. No todo el cine debe ser un conglomerado de virtudes artísticas para ser apreciado. Mucho menos sus realizadores deben ser nuestros pares ideológicos. Cuando un ‘film’ sacude a su audiencia y la saca de la zona de confort y a través de la indignación la invita a militar para ser parte de la solución, ha cumplido un rol vital. Esa es la olla que destapa ‘Sound of Freedom’ y es ahí donde radica su valor.