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Carlos Andrés Vera: Pasos en falso

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Hemos visto que aquellas tácticas comunicacionales que en Metástasis fueron un acierto corren riesgo de ser sobreexplotadas

Pocos saben o recuerdan que, para que los jueces emitieran sentencia en el caso Sobornos, la Fiscalía presentó más de 500 pruebas. Entre las más relevantes se encontraba información incautada de los computadores de Alexis Mera, testimonios de empresarios como Pedro Verduga (quien afirmó que la cúpula del gobierno le había pedido “un millón”), información de los computadores de Laura Terán, correos con copias de depósitos y transferencias bancarias, pagos a proveedores, gestión de cargos públicos, etc. Nada de esto fue comunicado estratégicamente al país. Por eso, aunque el correísmo perdió en el terreno legal, ganó en el de la opinión pública, posicionando el “influjo psíquico”, como si se tratara de un asunto paranormal y no de corrupción. Al parecer, la señora fiscal tomó nota de esa experiencia y, en adelante, sus casos fueron no solo minuciosos en lo jurídico, sino también en lo comunicacional. A criterio de este servidor, el caso Metástasis fue una ‘masterclass’ en comunicación pública. A medida que el caso avanzaba en lo jurídico, se puso mucha información en manos del país. Así, el periodismo y los ciudadanos tuvieron acceso a cientos de chats que demostraban el ‘modus operandi’ de la narcopolítica. Las evidencias presentadas en la corte y la difusión masiva del caso neutralizaron incluso a partidos que generalmente son defensores -entusiastas o encubiertos- de la mafia. La comunicación expuso la realidad de forma poderosa e inapelable. No hubo interés entonces por el relato victimista e hipócrita de la mafia política. Hasta ahí, bien.

Lamentablemente, con el tiempo hemos visto que aquellas tácticas comunicacionales que en Metástasis fueron un acierto corren el riesgo de ser sobreexplotadas.

Camine con mayor mesura, señora fiscal. Si bien se entiende que los casos no pueden ser expuestos en su totalidad a la opinión pública, es vital que la comunicación siga siendo secundaria en una institución cuya prioridad es buscar justicia. No pierda ese balance. Existe el peligro de que los casos se conviertan en un show, lo que podría minar su bien ganada reputación. Usted lo sabe mejor que todos: no puede darse el lujo de dar pasos en falso. Usted ha enfrentado a las mafias más poderosas. Los tiburones acechan y no le perdonarán nada.