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¿Abandonar la pelea’

Avatar del Carlos Andrés Vera

Todos esos proyectos requieren una estrategia de comunicación y por eso me ha buscado.

Llego a la oficina de Álvaro, un cliente con el que he trabajado muchas veces y respeto por su capacidad de emprendimiento, su claridad y honestidad. Me ha buscado porque desea que lo apoye en temas de comunicación y como suele ser usual, los primeros diez minutos de la charla son un intercambio de impresiones políticas. En la conversación surge el tema del narco y las mafias políticas. De ahí, la angustia o desamparo que sentimos muchos ecuatorianos. “Carlos Andrés, este país no tiene futuro”, sentencia Álvaro. Le respondo:

-El país es mucho más que los políticos y los narcos, hermano. El país es tu familia, tu historia, esta geografía que nos vio nacer, la gente que te ama y cree en ti. Por eso no podemos abandonar la pelea.

Abandonamos la política y Álvaro empezó a explicarme los proyectos en que necesitaba mi apoyo. La última vez que trabajé con él fue en los meses de pandemia. Desde entonces ha hecho inversiones de maquinaria en su planta y para el próximo año; el 60% de sus productos utilizarán materia prima reciclada. Ha invertido en una propiedad que espera transformar en un centro donde se realicen terapias con conocimientos ancestrales. Abrió hace poco un nuevo restaurante en Quito y, además, está desarrollando una plataforma tecnológica de pagos en línea que espera licenciar a emprendedores pequeños y medianos. Todos esos proyectos requieren una estrategia de comunicación y por eso me ha buscado.

Terminamos la reunión en un almuerzo y retomamos la conversación de amigos. Para mí se hace inevitable preguntar: “Hermano, me dijiste que este país no tiene futuro. ¿Si es así, por qué arriesgas tanto en Ecuador? Podrías irte del país y estar tranquilo”.

Álvaro me responde:

-Porque para mí la felicidad es poder ayudar a otros, ver cómo la gente que trabaja conmigo se siente bien y crece. Yo no podría estar sentado en un escritorio pensando solo en mí.

Álvaro es un tipazo, pero no es un ser extraordinario. Hay cientos de miles como él, que apuestan todos los días por Ecuador y son los que sostienen al país. Por ese amor al Ecuador es que no podemos abandonar la pelea.