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Autosabotaje

La última vez que vi a un presidente interferir en la justicia fue para embocarse 80 millones de dólares en el juicio a El Universo

En cadena nacional, el presidente Lasso denunció a un juez que ordenó la liberación de uno de los narcotraficantes más peligrosos del país. Lasso, poniendo nombres y apellidos sobre la mesa y extralimitándose en sus funciones, dijo que no permitiría la salida de un delincuente de esa peligrosidad. Puede que la memoria me falle, pero no recuerdo a ningún otro político o autoridad señalar por su nombre a delincuentes de ese calibre y desafiarlos personalmente. La última vez que vi a un presidente interferir en la justicia fue para embocarse 80 millones de dólares en el juicio a El Universo.

Que una autoridad interfiera en decisiones judiciales (claramente ilegítimas) para frenar a un narcotraficante, es un hecho inédito. Personalmente, lo considero un acto de valor y amor al país. No puedo evitar preguntarme entonces: presidente, ¿tiene su equipo el mismo nivel de compromiso?

Mientras redacto esta columna, la Secretaría Jurídica de la Presidencia es allanada por Fiscalía un día después de que Lasso renovara su círculo cercano. Las denuncias de La Posta sobre el caso que llamaron “Gran Padrino”, han sido ampliamente criticadas por colegas periodistas por su formato y la calidad de la investigación. Son críticas legítimas. Sin embargo, lo importante es determinar si en esas denuncias, hay corrupción. A la luz de los hechos y con algunos exfuncionarios por los techos, resulta evidente que sí. Esa gente, cuyos nombres y responsabilidades le corresponden a Fiscalía, merece el más profundo desprecio.

El Gobierno fue elegido con el clamor de combatir el autoritarismo, la corrupción y la mafia que hemos soportado por años. Quienes hayan traicionado ese mandato, no solo cometieron errores o incurrieron en delitos, sino que construyeron una autopista para el retorno de un proyecto mafioso y autoritario.

Presidente; que su equipo se alinee con sus valores o que se vaya. No solo su legado y su nombre están en juego. Está en juego el destino de la sociedad entera, expuesta como nunca a los capos del narco y la narcopolítica, que a esta altura están bien identificados. Detenga a toda costa el autosabotaje.