Guerra avisada

Mireya Pazmiño se toma el nombre de millones de personas para expresar la que obviamente es su opinión
Esta semana la asambleísta Mireya Pazmiño hizo una declaración que merece ser desagregada en esta columna. A continuación, la transcripción de una parte de su declaración, complementada por los comentarios de este servidor.
MP: El juicio político va porque va.
Periodistas (P): ¿Qué tiempo tomará?
MP: Inmediatamente. Los ecuatorianos nos dicen “ya, denos la solución a este problema que es Guillermo Lasso Mendoza”.
En ningún momento los ecuatorianos han hecho esa afirmación. Mireya Pazmiño se toma el nombre de millones de personas para expresar la que obviamente es su opinión. Segundo, Ecuador tiene una larga lista de problemas, ninguno los encarna una sola persona. Tampoco recae en una persona la solución a los mismos. Si el sueño de Mireya Pazmiño es sacar a Lasso del poder, al día siguiente tendremos los mismos problemas, agravados por la conmoción política, la incertidumbre y el incontable hecho de que se habrá actuado en contra de cualquier lógica democrática. De paso; ¿qué ha hecho la Asamblea para resolver los problemas del país?
P: ¿No temen que la Corte Constitucional les diga no?
MP: Queremos que ahora escuche lo que dice el pueblo ecuatoriano.
Es decir, en la deliberación y análisis del pedido del juicio político que la Asamblea envíe a la Corte, los jueces no tendrán que remitirse a los argumentos jurídicos y constitucionales expuestos sino “a lo que dice el pueblo ecuatoriano”. Y eso, por supuesto, es lo que Mireya Pazmiño dice que dice el pueblo ecuatoriano.
MP: Y si no, hay otras alternativas. Cuando el presidente un día dice una cosa y al otro día dice otra cosa. Cuando se fractura el pie, al otro día está caminando, ¿qué le pasará al presidente mentalmente?, habrá que ver.
La señora hace también alarde de sus dotes en el campo de la psiquiatría y la traumatología. Luego de una serie de acusaciones sin sustento, concluye:
MP: Hay muchos caminos. Y si la CC no responde al país, también tenemos las calles. Pero la solución, hay que darla.
OK, por fin una sincera declaración de intenciones. Esto no se trata de argumentos constitucionales ni de errores del presidente ni de caminos democráticos. Esto se trata de dar un golpe en la mesa o en la calle. La guerra está avisada.