El nuevo ídolo

Avatar del Carlos Andrés Vera

Y es la opinión de este autor que todas las generaciones que lo miran como ejemplo, tienen -ahora sí- un referente digno de emular.

Cuando aprendí algo de política en la adolescencia, entendí por qué a Maradona no se lo consideraba solamente un ídolo sino un dios. Con la guerra de las Malvinas muy fresca, Maradona humilló a Inglaterra, primero haciendo un gol con la mano y luego, convirtiendo el que sigue siendo el mejor gol en la historia de los mundiales. Primero te juego sucio y luego te doy una clase de fútbol. Así los despachó el 10 a los ingleses el día que los argentinos tocaron el cielo. Maradona le dio su revancha y -estas locuras tiene el fútbol- un sentido de dignidad y justicia a su país. Por eso vi por mucho tiempo a Maradona como el mejor de la historia: su legado iba mucho más allá del fútbol.

Con los años, fue Maradona quien fue manchando su propio legado. Y no me refiero a sus adicciones, abismo en el que cualquier ser humano puede caer. Me refiero a su simpatía y militancia por dictadores latinoamericanos que no dudaron en usarlo como punta de lanza de su propaganda. Cuando vi a ese Maradona obeso, fuera de sí, bailando junto a Nicolás Maduro, no pude evitar pensar en los que le seguían considerando un dios. ¿Qué pasa cuando el referente de millones de personas de pronto se ha convertido en el juguetito de un dictador? ¿Qué mensaje reciben los jóvenes y los niños que lo miran hacia arriba?

Desde el domingo pasado, el fútbol tiene un nuevo ídolo. Uno cuya cabeza no ha sido trastornada por la fama, un rosarino formado en Europa que -sin perder jamás su identidad- tuvo la fortuna de crecer lejos de los populismos que han acabado con su país en las últimas décadas. Un tipo que no renunció a su país a pesar de que en algún punto su país renunció a él. Un jugador al que los títulos con la selección le fueron esquivos y cuyo legado no se reduce a un partido, sino que a través del ejemplo ha construido un mensaje: nunca hay que darse por vencido.

Gracias por todo el fútbol, Maradona. Hoy, el podio del mejor de todos los tiempos lo ocupa con justicia, Lionel Messi. Y es la opinión de este autor que todas las generaciones que lo miran como ejemplo, tienen -ahora sí- un referente digno de emular.