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Lo que revela el radar

Avatar del Carlos Andrés Vera

¿O será que ya están todos contaminados, nos dejamos de pendejadas y mejor apagamos la luz?

El radar que hace casi dos años se instaló en el cerro de Montecristi para monitorear actividades del narco tuvo pomposos anuncios. Fue el Gobierno quien se encargó de convertirlo en un símbolo de cambio: desde que los gringos salieron de Manta, nuestros cielos estaban prácticamente desprotegidos de una vigilancia vital para operaciones de inteligencia y combate al crimen organizado. Instalar ese radar se convirtió entonces en un paso no solo necesario sino simbólico: fue el presidente Lasso quien dijo que terminaba “la historia de entregarles a los narcotraficantes el territorio ecuatoriano”. El radar se instaló y empezó a operar a pesar de protestas de comuneros y figuras políticas que no perdieron su oportunidad para hacer el ridículo. Once días después, el radar fue saboteado y hasta el día de hoy, lo que ocurrió permanece como un misterio.

¿Qué se conoce? Que después de una investigación interna, 25 miembros de la FAE fueron sancionados y removidos de sus cargos. También, que existe un proceso abierto en Fiscalía contra 13 militares por sabotaje.

¿Qué se puede inferir? Que los militares que están siendo procesados representan el eslabón más débil de una cadena cuya longitud desconocemos. Enjuiciar a miembros de tropa es insuficiente ya que un posible autosabotaje jamás podría haber ocurrido sin el conocimiento o participación de oficiales. ¿Están todos los responsables siendo procesados? Este autor tiene certeza de que no es así. ¿A quién se protege?

¿Qué es lo que no se conoce? Que un miembro de las Fuerzas Armadas, que formó parte de la comisión que investigó el evento y participó en el informe, fue amenazado. Esa persona pidió la baja y salió del país. Así de grave. Quien pretenda resolver este misterio debería echarle una mano al informe de ese oficial.

Resulta increíble, pero después de saboteado, el radar funcionó muy bien para detectar actividades del narco... casa adentro. Está en manos de fiscales, jueces y altos miembros de las Fuerzas Armadas interpretar lo que revela el radar, depurar filas y sancionar a los responsables. ¿O será que ya están todos contaminados, nos dejamos de pendejadas y mejor apagamos la luz?