Carlos Martínez: Auditoría interna
Darnos cuenta de que podríamos hacer las cosas de forma más adecuada es probablemente de las habilidades más valiosas
He podido constatar en primera persona lo importantes que son las auditorias, tanto personales como profesionales. Sin ninguna duda todos tenemos que rendir cuentas a nuestros jefes, colaboradores, padres, pareja e incluso a nosotros mismo. El tener la capacidad de autocriticarnos y darnos cuenta de que podríamos hacer las cosas de forma más adecuada es probablemente de las habilidades más valiosas para un ser humano. Tener la capacidad de reflexionar, pedir disculpas y avanzar con una mejor actitud es fundamental para todas las personas.
A las empresas privadas no les gusta que les hagan auditorías, eso es realidad. Temen que se encuentre procesos que sean inadecuados o que se haya cometido alguna falta con un ente regulador. Pero un gerente general o el presidente de una compañía están acostumbrados a rendir cuentas al consejo directivo; es algo habitual, no es nada extraordinario. Por eso me sorprende que algunos de los funcionarios públicos de las más altas esferas no tenga la costumbre de hacer rendición de cuentas.
Por una elección libre decidieron ser candidatos y participar en unas elecciones, y tuvieron la fortuna de ganarlas, en consecuencia no pueden olvidar que un funcionario público, no importa el cargo que ostente, deben dar cuentas de su gestión. Sería inocente que pensaran que deben hacerlo una vez al año, por única ocasión; o cuando están buscando la reelección.
Al igual que cualquier ciudadano común que presenta informes a su jefe a lo largo del año, el funcionario público tiene esa misma obligación. Siempre se debe recordar que el dinero de la empresa no es dinero del gerente o del administrador, y que le van a pedir cuentas antes o después. Lo mismo ocurre con los cargos públicos, los políticos deben tener siempre presente que ese dinero no es de ellos. Y que se le van a pedir explicaciones sobre cómo lo han utilizado.
Estoy convencido de que como ecuatorianos nos merecemos mejores empresarios, mejores políticos y también ser mejores ciudadanos. Es responsabilidad de todos trabajar para conseguirlo.
Yo me practico auditorías internas constantemente, porque es mejor prevenir que lamentar.