Premium

Carlos Alfonso Martínez: Corazón de acero

Avatar del Carlos Martinez

He podido conversar con algunos funcionarios de distintos municipios y me confirman una sospecha que tenía

Ser político o funcionario público es el sueño de muchos jóvenes que ven en la función pública la posibilidad de tener un trabajo bien remunerado y sobre todo estabilidad laboral. En un mundo cada día más conectado, de noticias virales, es triste constatar cómo no nos sobrecogemos al ver noticias como la de las últimas elecciones en México. Fueron 22 los aspirantes que perdieron la vida en los recientes comicios electorales, 22 personas que ya no están con nosotros. Esto no solo ocurre en México, aquí en Ecuador tenemos nuestro propio drama, que nada tiene que envidiarle al mexicano: más de 23 políticos muertos en año y medio. Es preocupante que ya no nos sorprenda, ni nos alarme la situación de los políticos en el país.

Ser funcionario público se ha vuelto un trabajo de alto riesgo, lo cual no afecta únicamente a los funcionarios de primer nivel, sino también a funcionarios de menor exposición mediática, como por ejemplo Claudia Martínez Barberán, quien era jefa de Seguridad del Municipio de Portoviejo. Este asesinato nos tiene que invitar a la reflexión a todos los ecuatorianos y pensar qué país tenemos y en cuál queremos vivir. 

Es de conocimiento público que lo más difícil y más costoso en una compañía es tener buen personal, capacitado, eficiente y proactivo. Lo mismo ocurre en la función pública, he podido conversar con algunos funcionarios de distintos municipios y me confirman una sospecha que tenía; no pueden llenar ciertas vacantes porque las personas no aceptan los cargos que les ofrecen. En algunos casos prefieren dejar vacantes esos cargos antes que contratar personal poco calificado, que antes o después se vuelven una carga.

Esta situación se vuelve insostenible en el tiempo: más de 45 alcaldías en el país han solicitado protección policial, lo que equivale a más del 20 % de las alcaldías del país. Lastimosamente no hay policías suficientes para proteger a todos los funcionarios públicos, apenas les han podido asignar protección adicional a 17.

Como ciudadanos solo nos queda esperar lo mejor y solidarizarnos con nuestros funcionarios públicos.