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Carlos Alfonso Martínez | Superar el miedo con resiliencia ciudadana

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Sin embargo, debemos reconocer que existen muchas cosas por las cuales estar agradecidos en nuestro país

En las últimas semanas he escuchado numerosos casos de personas que han sido víctimas de ataques con escopolamina. Las víctimas pertenecen a distintos grupos etarios y se encontraban en diversos lugares: algunos estaban trabajando o en camino a su lugar de empleo, otros realizando compras en supermercados o simplemente cenando en restaurantes. Esto constituye un serio problema de seguridad, ya que no existe una medida preventiva que impida que a uno lo toquen mientras camina por la calle o realiza actividades cotidianas.

Como ciudadanos podemos optar por extremar las precauciones, evitando salir, no asistiendo a eventos sociales o, en el extremo, renunciando a vivir plenamente. No obstante, no debemos permitir que el miedo nos venza ni que nos recluya en nuestras casas. No somos criminales ni hemos cometido falta alguna para autoimponernos un encierro.

En el Ecuador debemos superar el temor y continuar saliendo, reuniéndonos con familiares y amigos. Es esencial no perder el contacto humano ni sustituirlo por interacciones virtuales, pues aunque las redes sociales facilitan la comunicación, no debemos reemplazar los encuentros personales y los momentos compartidos con nuestros seres queridos presencialmente.

He tenido la oportunidad de escuchar relatos estremecedores de personas cercanas a mí, y me resulta doloroso imaginar que algo así pudiera ocurrirle a alguien que aprecio. En muchos de estos casos, los incidentes se suscitaron en un momento de descuido o por actuar con inocencia; cuando la víctima no lo esperaba y no había forma de prevenirlo. No existen medidas de seguridad suficientes para prevenir algo así; si va a ocurrir, es difícil evitarlo.

Sin embargo, y pese a todas las dificultades por las cuales estamos atravesando, debemos reconocer que existen muchas cosas por las cuales estar agradecidos en nuestro país. Por ello es nuestro deber contribuir a mejorar aquellos problemas que aún no se han solucionado. No podemos conformarnos, debemos actuar unidos, recuperar nuestra libertad, pues en definitiva, los buenos somos más.