Premium

Carlos Martínez: La percepción no debe superar la realidad

Avatar del Carlos Martinez

Quisiera pensar que fue un hecho aislado, pero día a día se va convirtiendo más en una ‘normalidad’ incómoda e insostenible

El sábado por la noche tuve una cita en un conocido restaurante de Plaza Lagos en Samborondón, muy renombrado por su gran comida y su impecable servicio. Pero esa noche ocurrió algo que nunca me imagine que podría pasar: el salonero me pasó la cuenta y me invitó a salir del restaurante a las 11 p. m. No solo me extrañó, sino que incluso me incomodó porque no había terminado de cenar. Al ver mi cara de sorpresa me dijo: “señor, lo lamento, pero ya todas las mesas se han ido y no esperamos más clientes”.

Lo sucedido es un reflejo de la grave crisis económica y de seguridad que estamos viviendo en todo el país. Nos están venciendo el miedo y la iliquidez.

Cada día vamos perdiendo más espacios. Este restaurante está ubicado en la zona más exclusiva de Samborondón, donde se vende el metro cuadrado más caro -probablemente- de toda la costa ecuatoriana. Quisiera pensar que fue un hecho aislado, pero día a día se va convirtiendo más en una ‘normalidad’ incómoda e insostenible. Cada vez es más frecuente escuchar que las personas tienen miedo de abandonar sus casas no solo en la noche, sino a todas horas; nos vamos acostumbrando a los cambios de horarios en las graduaciones de los colegios, matrimonios y eventos.

Estamos perdiendo espacios poco a poco y lo estamos empezando a normalizar. Y el problema no es exclusivo de Guayaquil, también ocurre en el resto del país. Es triste ver cómo en Quito ya no hay vida nocturna, sino que es necesario trasladarse a Cumbayá en busca de entretenimiento en las noches.

En la capital están aplicando la misma receta fracasada que se ha aplicado en Guayaquil y Samborondón, reacciones desarticuladas debido a que en Ecuador no existen políticas de Estado en ningún ámbito y es este fracaso estatal el que nos ha llevado a la situación que estamos viviendo.

Vamos a tener que arrimar el hombro entre todos para sacar adelante al país. El Gobierno central está desbordado y el presidente únicamente está pensado en las próximas elecciones.

Solo quedamos los ciudadanos de a pie para rescatar al Ecuador.