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César Febres-Cordero: Seguridad desde lo local

Avatar del César Febres-Cordero Loyola

Está claro que el narco nos lleva ventaja. Es hora de sumar.

En el Ecuador siempre ha habido administraciones municipales que con escasos recursos han ido más allá de sus responsabilidades. En medio de nuestra crisis de seguridad, tres ejemplos llaman la atención.

Guayaquil, desde hace tiempo un nodo clave de la economía criminal, es una zona roja gigante. Su municipalidad viene años entregando vehículos, combustible y albergues a la Policía Nacional. Tan solo el año pasado ha gastado más de dos millones y medio de dólares en sesenta y tres vehículos con sus choferes, que muchas veces se ven circulando con policías y soldados adentro. Además, invierte anualmente decenas de millones entre la videovigilancia y la gestión de su centro de operaciones, herramientas usadas por la Policía.

Samborondón, casi apéndice de Guayaquil, no puede separarse de sus problemas. Ellos cuentan con su propio centro de monitoreo ligado a la Policía Nacional, cientos de cámaras instaladas y han construido UPC para los agentes policiales. Como otras alcaldías, han optado por sumar su policía local a operativos de la fuerza pública y, yendo más allá, han especializado sus unidades para realizar operaciones de patrullaje fluvial.

Quito, aunque lejos de las grandes rutas de la droga, también ha sufrido el azote de la delincuencia. Su alcaldía ha intervenido decenas de UPC y sus agentes colaboran estrechamente con las instituciones de seguridad tratando de implementar “Senderos Seguros” con iluminación y patrullaje, pero también han tomado la ruta del trabajo social. Intentan reproducir los casos de éxito en Colombia, haciendo uso de sus Casas Somos para implementar proyectos de prevención con educación y rehabilitación en las comunidades más vulnerables.

Con las municipalidades haciendo tales esfuerzos y trabajando tan de cerca con la fuerza pública, es urgente que el Gobierno Nacional integre a sus administraciones a las mesas de trabajo de seguridad. Los distanciamientos personales del presidente no deberían evitar que incluya a los alcaldes en las reuniones del Cosepe, ni debería recibir en Carondelet solo a quienes le simpatizan.

Está claro que el narco nos lleva ventaja. Es hora de sumar.