César Febres-Cordero: ¿Ha visto usted al señor Ministro?
Ese cargo, el de ministro de Gobierno, ocupa el rol preponderante de la rectoría de la gestión política
Desde su última designación, Michele Sensi-Contugi prácticamente no ha hecho ninguna aparición oficial. Dicen que es un joven empresario y que goza de la confianza del Excelentísimo Señor, aunque de política nadie sabe si él sabe, lo que es bastante extraño para el alto cargo que ocupa.
Ese cargo, el de ministro de Gobierno, que por su nombre engloba todo, ocupa el rol preponderante de la rectoría de la gestión política. Es el ministerio del careo con los gobiernos seccionales, con la Asamblea, con los actores sociales y con el público en general. Sin embargo, su ministro no da la cara. Un ministerio entre ministerios que rivaliza con la Secretaría de la Administración por la jefatura de gabinete y con la Secretaría General de Comunicación por la vocería principal del Gobierno Nacional, en este momento está en manos de alguien que permanece enmudecido. Lo que es peor, nadie dice nada él. No es pues Sensi-Contugi un hábil ministro entre las sombras, que opera sin quemarse ante la intensa luz pública.
Si el ministro posee habilidades o hasta superpoderes que el presidente Noboa valora y que no conocemos, cuesta entender por qué no lo ha ubicado en un lugar donde sus cualidades puedan resaltar, o donde al menos no sea necesario que resalten de forma alguna. La única explicación evidente es que Noboa ha apostado por la confianza ante todo. Mala apuesta si es que los límites de su confianza no trascienden los límites de su círculo íntimo.
Por lo pronto, se nota que el gabinete está a la deriva. Un ejemplo claro lo vimos esta semana con el accidentado anuncio de los cambios en el Ministerio de la Mujer y Derechos Humanos. El viceministro de Gobierno, Esteban Torres, anunció una transformación de ese ministerio, que sin perder sus funciones anteriores las relegaría aun más, mezclándolas confusamente con la rectoría de la política criminal. El propio Ministerio de la Mujer salió a aclarar que aunque no habría cambio de nombre, la transformación procederá. Si ni Sensi-Contugi ni la secretaria Vélez pudieron prevenir ese fiasco, cuesta mucho imaginarlos manejando de mejor forma el sinnúmero de crisis y temas delicados que asolan al país.