César Febres-Cordero Loyola: No hay acuerdo imposible

El pacto no es imposible, solo casi, y si se cae no será por unos tuits.
Crédulos y desmemoriados, los ecuatorianos estamos siempre prestos para declarar el fin de pactos, partidos y gobiernos ante cada sobresalto. Un par de tuits de Rafael Correa desmintiendo a Henry Kronfle y por ahí ya anuncian la muerte prematura de un acuerdo legislativo.
Qué fácil olvidamos que este es el país de la componenda, de la regalada gana y de las aplanadoras, por las que el PSC ha pasado con bastante habilidad, poca gracia y mucho menos empacho. Ni siquiera recordamos que tan solo el año pasado la RC calificaba en los peores términos al socialcristianismo, solo para terminar íntimamente aliados durante el juicio político contra el presidente. Son otros los obstáculos para el gran pacto de unidad.
Primero están las palabras de Daniel Noboa rechazando las trincas y advirtiendo que no repartirá cargo alguno ni se prestará para la impunidad. No importa que sea así, en este país muchos jueces tienen dueño y bastantes asambleístas son caciques, por lo que podremos ver a correístas triunfando en las cortes y a primos de los legisladores figurando en direcciones zonales, cosas que serán imputadas a Noboa y a un supuesto pacto.
Segundo, el panorama económico. Noboa ha aclarado que su reforma tributaria no subirá los impuestos, pero sus declaraciones pasadas dejan dudas. De reducir impuestos, la izquierda lo llamará presidente de los ricos y evasores. Si al enfrentarse a la realidad financiera recula y los sube, el PSC se verá presionado a oponerse, como lo ha hecho por años. Como en diciembre de 2021, una maniobra de abstenciones podría ser una salida, pero para una RC ahora divida resultaría riesgosa.
Finalmente, el obstáculo más peligroso son las percepciones. Las de los políticos, como Correa, que quizá no sientan que necesitan alianzas, o peor, que piensen que las peleas de este período no tuvieron ningún impacto electoral. A estas se suman las de los votantes que, aunque ahora exigen colaboración entre los políticos, cerca de las elecciones querrán ver diferencias entre posturas para decidir su voto. Las dos sumadas pueden ser una fórmula para el desastre.
El pacto no es imposible, solo casi, y si se cae no será por unos tuits.