César Febres-Cordero Loyola | Los rivales de Noboa

Hasta hace unas semanas, y a pesar de su constante descenso en las encuestas, muchos aún daban a Daniel Noboa como el ganador indiscutible en el 2025. Pero los apagones, los incendios y el contraste entre la narrativa triunfalista del Gobierno y la realidad en las calles se prestan para pensar que la suerte de Noboa está cambiando y que la elección que se viene será competitiva. Detrás de las nuevas expectativas vendrá el dinero y tras él los programas comprados, las granjas de troles y las paredes pintadas.

Noboa se ha beneficiado de su capacidad de intimidar a sus rivales con la persecución, que es la misma para justos y pecadores cuando son incómodos para el poder. Se lanzó contra Aquiles Álvarez, que como resultado ha morigerado sus impulsos peleones y sus planes de independizarse de la RC; y contra Jan Topic, que por un tiempo desistió de su candidatura. A Construye, de María Paula Romo, no lo pudo eliminar, aunque con su giro anticorreísta los ha desplazado electoralmente. También fue acusado de negarle la protección policial a José Serrano, aunque hay mil razones para pensar en por qué él, extraño huésped de los gringos, no se postuló. Pero Topic ha vuelto al ruedo y Romo no ha dejado de ser tan peligrosa como antes. ¿Será que sus rivales por la derecha son la principal amenaza para su reelección, y no tanto sus enemigos, y ocasionales socios, en el correísmo?

Todavía falta mucho en el camino, aunque ya se lo nota distinto al que Noboa recorrió. Él es el primer presidente que busca la reelección desde el 2013 y desde una posición todavía fuerte. Aparte, el CNE le ha hecho un favor separando los debates de las votaciones por tres semanas, reduciendo el chance de que alguien repita la hazaña del propio Noboa en la recta final de la primera vuelta.

Habrá que ver si Topic logra zafarse del monotema y del espectro de los supuestos negociados. Y ya sabremos si Romo logra darle a su candidato algo de fuerza, porque hasta ahora su campaña muestra síntomas de improvisación y de chirez. Pero lo que seguramente muchos esperan, y en Carondelet temen, es que otra vez sea un accidente el que deshaga los planes de los grandes caudillos.