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Aquiles contra el tiempo

Avatar del César Febres-Cordero Loyola

Deberá pelear con lo que tenga y entrenar a su tropa sobre la marcha, porque el tiempo marcha contra él y no se detendrá.

Este domingo Aquiles Álvarez pasará de ser alcalde electo a las plenas funciones de un cargo que para algunos es tan temido y deseado como la presidencia.

Aquiles, joven, pero con experiencia suficiente para no ser iluso, seguro entiende por qué ese temor es justificado. Es que no hace falta ni mucha experiencia ni mucho menos clarividencia para saber que sobre él se vienen fuerzas terribles que, aunque en su momento lo impulsaron como candidato, pronto empezarán a conspirar en su contra.

Para empezar, Aquiles asumirá la alcaldía con tiempo en contra, después de meses perdidos en una transición parada. Esto significa que el nuevo alcalde recién podrá empezar a estimar con certeza los recursos a su disposición, las deudas por saldar y los huecos por tapar la próxima semana. Esto se suma a la sorpresa de su victoria el 5 de febrero, la cual explica la aparente dificultad para armar cuadros adecuados en su administración.

Algunos dirán que esto se solucionaría con un montaje mediático al estilo de León Febres-Cordero, como el propio Aquiles ha prometido. Pero mientras LFC hacía recorridos por el dilapidado municipio y publicaba videos y mensajes, él ya trabajaba con un equipo que había formado incluso antes de la elección y que, preparado en su célebre ‘escuelita’, llegaba a ejecutar rápidamente un plan de reestructuración.

Aun si Aquiles logra hábilmente formar un equipo parecido, o mejor, se enfrenta a un tiempo distinto, el climático, que rápidamente puede arruinar sus planes. El invierno de nuestro descontento terminó por sepultar a la alcaldesa saliente, pero el verano que recibirá al entrante alcalde no durará mucho. Tras el sol revolucionario se viene El Niño y este promete estragos históricos. Como todo en la política y en la meteorología, este pronostico no es seguro, pero incluso si falla, el invierno mismo nunca tarda en volver.

Con un equipo incompleto, con información a medias y con demasiados deberes para sus haberes, así se sentará Aquiles en el Sillón de Olmedo. Deberá pelear con lo que tenga y entrenar a su tropa sobre la marcha, porque el tiempo marcha contra él y no se detendrá.