Premium

César Febres-Cordero: Una advertencia por la izquierda

Avatar del César Febres-Cordero Loyola

Podrían empezar considerando que las revoluciones han bajado la velocidad.

Con la consolidación de Bukele en el poder y la reciente victoria de Milei, hay quienes esperan la inminente llegada de una oleada antiprogresista a la región.

Los derechistas entusiasmados con este pronóstico, y los que esperan una transformación radical en la Argentina, harían bien en observar más de cerca las condiciones de la izquierda en Latinoamérica para darse cuenta de que por aquí los cambios duraderos son bastante raros.

Podrían empezar considerando que las revoluciones han bajado la velocidad.

Cuba languidece bajo un castrismo sin relevancia geopolítica, Venezuela acepta sentarse en la mesa con la oposición para mendigar el levantamiento de ciertas sanciones y Nicaragua se ve cada vez más aislada bajo la decrépita dictadura de un caudillo ochentero. Regímenes que antes exportaban la guerra de clases con armas, barriles y canciones, ahora no son más que preguntas incómodas en tiempos de campaña para sus coidearios.

Con las versiones más moderadas de la izquierda latina la cosa no es tan distinta. Se aferran también a sus caudillos y fracasan como fuerzas hegemónicas.

En Bolivia y Ecuador, organizaciones políticas que refundaron sus países se han llegado a desangrar hasta el borde de la muerte por graves cismas.

En Brasil, la viabilidad del PT continúa dependiendo de un pantanal de partidos de centroderecha que se han colado a cuanto gobierno han podido.

Todavía hace poco, en Chile y Colombia las llegadas de sus actuales presidentes fueron anunciadas como rupturas con el pasado. Aunque como democracias siguen siendo más sanas que la nuestra, en el primer caso su intento de dar el salto final lejos del legado de Pinochet fracasó rotundamente, mientras que en Colombia la agenda petrista se arrastra dolorosamente por una legislatura hostil.

México resulta ser, sin pena ni gloria, el único gran bastión que flamea altiva la enseña de la izquierda. Habrá que ver si logran mantenerse así después del retiro de AMLO.

Quizá en la derecha no necesiten pensar en nada de esto. Basta ver como Milei se va chocando con las realidades de la gobernanza y de la diplomacia y como con cada golpe se va a cercando más y más a la casta macrista.