César Febres-Cordero: Bailando al son del tecleo presidencial
No deberíamos cometer el error de pensar que al Gobierno poco le afectó el dictamen, por más irrisorios que sean sus efectos
El jueves, 23 de enero, la Corte Constitucional llegó a una decisión por ocho votos contra uno, declarando la inconstitucionalidad de los decretos 500 y 505 mediante los cuales Daniel Noboa encargó la presidencia de la República a la secretaria de la Administración, Cynthia Gellibert. Pero no fue sino hasta este lunes que el juez Enrique Herrería entregó su voto salvado.
Ese único voto negativo del juez Herrería, justificado en nada más que cinco páginas, fue la causa, según la Corte, para la demora en publicar su dictamen. Una demora tanto o más criticada que el propio dictamen, que dejó intacto el plan del presidente Noboa para evitar que Verónica Abad asuma el encargo de la presidencia.
Tan poco es lo que ha dicho la Corte que ya salió el ministro de Gobierno a cantar victoria diciendo que la interpretación oficial es que lo único que el presidente hizo mal fue encargar la presidencia por decreto. A lo mejor en el futuro la encarguen por otra vía. O tal vez decidan no encargar nada. Así, soberanamente, fabrican sus tesis en el laboratorio de derecho constitucional de Carondelet.
Más allá de todo esto, no deberíamos cometer el error de pensar que al Gobierno poco le afectó el dictamen, por más irrisorios que sean sus efectos jurídicos. Al presidente le interesa presentarse como un hombre de acción que no se deja ver la cara y que nunca concede una derrota. Y el oficialismo no quiere estar hablando de Abad esta semana en la que el mensaje a posicionar es que ya ganaron. Por eso es que el lunes se encargaron de distraer al país con dos tuitazos anunciando la imposición de aranceles sobre los productos mexicanos y la militarización de la frontera. El posible encarecimiento de la importación de medicinas mexicanas y los pedidos de aclaración por parte del Perú no importaron. Se hizo noticia.
Llegó el miércoles y el presidente lanzó otro golpe noticioso: una nueva reforma parcial para restringir la concesión de la prisión preventiva. Y así parece que tendrán al país y a los otros equipos de campaña hasta el domingo, bailando al son del tecleo del señor presidente.