César Febres-Cordero: ¿Quién es Daniel Noboa?

Su personaje, acartonado, le costó un tropiezo en el segundo debate, pero facilitó convertirlo en cartón
Las primeras semanas de esta elección esa fue una pregunta bastante literal porque, aun habiendo sido asambleísta, muchos no conocían al hijo del magnate bananero, eterno candidato y desde hace tiempo ya una constelación en el firmamento de los mitos nacionales. Un breve encontronazo con su padre, una primaria en la sala de la casa y unas sentimentales cartas de amor paternal y piedad filial iniciaron su campaña, de la que quizá ni él esperaba sacar mucho más que una tarima para hacerse conocer.
Y así trabajó su campaña, recorriendo los contornos del ring sin entrar en él, haciéndose ver sin dejarse salpicar por la sangre. Esa estrategia lo llevó sin pena ni gloria hasta el debate y, contra todo pronóstico, esa distancia lo hizo resaltar. La siguiente semana, mientras Zurita y Topic izaban la bandera negra de los corsarios, medio mundo, hasta Rafael Vicente, le presentaron banderas blancas de tregua y le echaron flores.
Finalmente llegó un Daniel Noboa a la segunda vuelta. ¿Cuál era ese Daniel? ¡La sangre nueva, la tercera vía, el heredero del noboísmo que fue izquierda o derecha cuando le convino? Por ahí apareció su binomio, divisiva y muy distinta al Daniel de TikTok, y la mandaron en el primer vuelo a donde sea. Pero este Daniel solito mutaba. Por ahí se disparaba contras las beneficiarias de los bonos, por allá contra los presos, hasta a Iza lo fue llamando correísta.
No importó nada, Daniel rápidamente regresaba al guion. Su personaje, acartonado, le costó un tropiezo en el segundo debate, pero facilitó convertirlo en cartón. No sabemos si ganó votos con eso, pero ese cartoncito sí nos revela a un Daniel que puede ser lo que quieras que sea, bailarín en tu discoteca, comensal en tu mesa o pasajero en tu carro. El sueño del ‘marquetero’.
Pero, ¡oh sorpresa!, después de su triunfo otro Daniel asomó. Uno que ya daba señales de existir con su rechazo a cualquier alianza y su amenaza de lanzar una consulta contra un legislativo rebelde. A su diestra un espectro y a su siniestra un cadáver, recuerdos de la vieja política de la que el Daniel electorero se quiso separar.
¿Quién sabe cuál Daniel nos gobernará?