Contando ovejitas digitales

No debería alegrarnos que ahora se haya descubierto otra forma de no pagarle a artistas y diseñadores, pero hay que reconocer su efectividad
No todo lo que pasa en el Ecuador es extraordinario, aunque a veces se sienta así. De hecho, el observador atento se dará cuenta de que aquí todo llega tarde. El “sí se puede” de nuestra hinchada en realidad tiene su origen en el sindicalismo hispano-campesino de los Estados Unidos, mientras que el pegajoso jingle de campaña de Álvaro Noboa ya había sido usado antes por Aylwin en Chile, por dar dos ejemplos.
Aparte de reutilizar eslóganes y música, también importamos conceptos, con resultados penosos. Hoy vemos a estrategas posicionando a sus patrones como ‘outsiders’ o como víctimas del ‘lawfare’, palabras reducidas al botón de un sonidista cansado. Ni un centenar de columnas bastarían para enumerar cada copia, menos aún para examinar los monstruos de Frankenstein conceptuales que se han armado; pero lo que queda de esta alcanza para el ejemplo más reciente: la reapropiación de la palabra.
Hace unos días el correísmo lanzó una activación en redes, tratando de movilizar a sus seguidores con borregos generados por IA. No debería alegrarnos que ahora se haya descubierto otra forma de no pagarle a artistas y diseñadores, pero hay que reconocer su efectividad. En lo que comisionan y reciben las imágenes para una campaña tradicional, cientos sino miles de personas pueden usar aplicaciones libremente disponibles para hacer los borreguitos que más les guste.
También tiene sentido, por ahora, que apelen al votante orgullosamente correísta, en un momento en que tienen que posicionar a su candidata. No sé qué tanto les ayude hacer toda esta campaña sobre la nostalgia, pero ese es otro tema.
Volviendo a lo de esta semana, lo indignante es cómo han justificado el llamarse borregos. Por años fue el insulto favorito de quienes los acusaban de seguir con ciega fidelidad a su líder. Ahora dicen que han reapropiado un estigma para empoderarse. ¡Empoderarse! Los que resignifican un insulto para empoderarse son los que no tienen poder, los oprimidos, los marginados. Raro que lo presenten así los que se llaman a sí mismos la primera fuerza política del país. Cosas de los que cuentan ovejitas digitales.