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La estrella de Noboa

Avatar del César Febres-Cordero Loyola

Si Luisa aprendió la lección, Noboa está en problemas. ¿Será que su estrella es fugaz?

El Ecuador camina hacia la segunda vuelta todavía aturdido por los hechos de las últimas semanas. La primera vuelta, que empezó lenta, con candidatos atascados en sus puestos y un binomio puntero que no le inspiraba confianza ni a sus propios dirigentes, fue transformada por una serie de tragedias y sorpresas

Asesinatos políticos mancharon de sangre al proceso y reforzaron sentimientos de hastío y angustia en el país. A esos aires enfermizos se unieron los hedores de la vieja política en el debate que, contra el pronóstico de ciertos expertos y de algún arúspice de las galletas Galapaguitos, capturó la atención del electorado.

Con un formato que hacía difícil la profundización de cualquier discusión que pudiera llamarse un debate, solo un candidato pareció entender que ni los ánimos de la nación ni los caprichos del comité regulador favorecerían a los pugilistas. Ese candidato, Daniel Noboa, hasta ese momento no despuntaba en las encuestas y por ende no llamó la atención de ningún contrincante, librándose de ser arrastrado con ellos a la ventilación de chismes e injurias.

Todavía es temprano y hay demasiado que no entendemos como para establecer con claridad cómo se dio el ascenso de Noboa, pero es evidente que el debate influyó en un contexto extraño y que la estrella de Noboa Azín apareció el lunes 14 sobre el pantanal político. Su luz partió como un rayo la bruma de esos gases asfixiantes que ya tenían asqueados a tantos votantes.

Hasta ahí el espectáculo. Noboa en el debate fue sereno y hasta elocuente, pero casi todo lo que dijo se riñe con las cifras y los conceptos. Confundió los costos de la electricidad, se equivocó con sus cálculos petroleros, quiso vendernos la desconcentración como descentralización y hasta pronosticó la sequía. Vamos a ver cuánto tarda el país en darse cuenta de que la locuacidad no es lo mismo que la inteligencia.

La luz de su estrella lo hizo brillar entre sus rivales, pero ahora su luz es un foco reflector que lo enfoca casi solo con sus comentarios y ya no podrá compararse con la pésima cohorte del 13.

Si Luisa aprendió la lección, Noboa está en problemas. ¿Será que su estrella es fugaz?