Mi reino por un ministro

A la hora de escoger cómo votar, pensemos en quién podrá tomar mejor sus propias decisiones cuando tenga que elegir a sus ministros
Al advertir sobre las vicisitudes que enfrentamos en nuestra republiquita no deberíamos convertirnos en “agoreros del desastre”, mote favorito de los políticos criollos. Sin embargo, es nuestro triste deber describir las cosas tal y como son, incluso cuando tenemos que repetirnos.
Hay campañas que tenemos que declarar perdidas por la democracia. Esta no, porque la vara ha quedado tan baja que un gobierno medianamente competente significaría una mejora considerable. Sin embargo, el estado de ánimo del país y la sorpresa del llamado a elecciones hacen complicado imaginar un gobierno exitoso, incluso si es dirigido por gente extraordinaria. Lo mejor que podemos hacer para ayudarlos es asumir, y velar porque asuman, lo precaria de nuestra posición.
Uno de los retos del próximo gobierno corta por lo más elemental: el formar un gabinete. Ya nos dicen los candidatos que están formando equipos de los mejores ciudadanos, próceres, gente experimentada que sin embargo no lleva las manchas que deja el recorrido por la política. Pues no deberíamos creerles tan fácil.
No debemos olvidar cómo Guillermo Lasso, con años de preparación, no pudo presentarle un gabinete efectivo. Pero no quedo ahí. Por dos años el excelentísimo señor levantó el teléfono mil veces para buscar reemplazos y en casi mil le dijeron que no. Nadie se quería quemar en el gobierno. Como van las cosas, esto difícilmente cambiará.
Comparados con Lasso, la mayoría de los binomios la tienen peor: están armando para ayer un gobierno que pensaban que comandarían recién en 2025. Y estos días no le podrán dedicar mucho espacio a la caza de perfiles, la campaña los absorbe totalmente.
La salida más sencilla sería recurrir a sus organizaciones políticas, pero entre tanto partido de alquiler eso es un espejismo. Solo el correísmo está organizado, pero incluso a ellos les costará construir una fórmula nueva y no un ‘reprise’ del correato, que gobernó un país muy distinto, con las bandas unidas y el petróleo caro.
A la hora de escoger cómo votar, pensemos en quién podrá tomar mejor sus propias decisiones cuando tenga que elegir a sus ministros.