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Claudia Tobar Cordovez | La chulla vida nos cuesta caro

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Nadie está exento de enfrentar una emergencia

Los índices de morosidad en la región están por las nubes, y las causas de este fenómeno son diversas. Una de ellas es la visión hedónica (búsqueda del placer y la gratificación inmediata) que predomina en las generaciones más jóvenes. Estas viven bajo la presión de las redes sociales para experimentar viajes, sensaciones y estilos de vida que elevan su tren de gastos por encima de sus capacidades. Sumado al fácil acceso al crédito, esto resulta en una generación que vive constantemente sobreendeudada.

Su filosofía de vida se centra en vivir el momento, sentirse libres de hacer lo que quieran, sin que nadie limite sus sueños. Creen que la felicidad está ligada a la experiencia de esos momentos y a vivir el presente. Aunque no están completamente equivocados, el error radica en no planificar para el futuro.

La psicología ha estudiado ampliamente la felicidad y una parte fundamental de ella es la sensación de paz, la cual debe estar acompañada por una planificación para el futuro. Si esta generación no contempla un plan de ahorros, nos enfrentamos a una población que, aunque busca la felicidad, podría terminar ahogada en ella misma. Lo curioso es que en esa búsqueda de la felicidad, los índices de estrés financiero aumentan significativamente. Esta población, que superficialmente gasta en su felicidad, enfrenta como consecuencia secuelas de estrés que les impiden tomar mejores decisiones financieras. La dopamina elevada que experimentan al compartir una foto de su viaje o de un platillo en un restaurante dura poco, pero el estrés (cortisol) que surge como resultado de esas decisiones tiene una duración dolorosamente larga.

La solución está en el ahorro. Desarrollar una disciplina de ahorro requiere planificación para imprevistos. Nadie está exento de enfrentar una emergencia, y es ahí donde las finanzas sufren. Estos jóvenes tienen una vida por delante, pero su felicidad no comprará sus necesidades futuras. La nueva educación financiera para jóvenes debe enfocarse en despedirse de la ‘chulla vida’ y comenzar a pensar en el futuro.