Claudia Tobar | Educación financiera: herramienta de prevención
La educación financiera es la herramienta de prevención más poderosa para afrontar los desafíos sociales más importantes
La alfabetización es una métrica internacional de desarrollo. Para muchos países alcanzar una alfabetización universal es un indicador de la capacidad productiva de una nación, así como un símbolo de libertad. En la actualidad, saber leer, escribir y entender aritmética básica ya no es suficiente para estar completamente alfabetizado. Para participar activamente en la sociedad debemos estar alfabetizados financieramente. Sin la capacidad de comprender el funcionamiento básico de productos financieros, gestionar ingresos y gastos, y tener habilidades de ahorro, las personas corren el riesgo de quedar atrapadas en un ciclo de pobreza.
Los esfuerzos para combatir la pobreza han estado centrados en la lucha contra la desnutrición, la creación de empleo, la educación y el acceso a la salud. Lo que no ha sido tan evidente es que la raíz de los desafíos en todos estos esfuerzos tiene un componente de falta de alfabetización financiera.
Una persona con una situación económica más favorable puede acceder a una mejor alimentación, vivir con menos estrés debido a sus deudas, priorizar la educación, cuidar su salud con mejores recursos y acceder a mayores oportunidades.
Recién el año pasado (2023), la Estrategia Nacional de Educación Financiera planteó la necesidad imperativa de considerar la educación financiera como un recurso fundamental para el desarrollo. La alfabetización financiera debe recibir la misma prioridad en las escuelas que la enseñanza de la lectura, ya que su aplicación potencial asegura el crecimiento futuro de cada individuo.
Esta habilidad debería ser perfeccionada a lo largo de toda la vida; es esencial contar con un sólido acompañamiento a través del tiempo. Los ecuatorianos pierden aproximadamente el 30 % de sus ingresos anuales debido a la falta de educación financiera. El impacto de esta formación se refleja en la productividad, el acceso responsable a productos financieros, la resiliencia y la capacidad de responder con libertad ante situaciones de abuso.
La educación financiera es la herramienta de prevención más poderosa para afrontar los desafíos sociales más importantes.