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Claudia Tobar | Las empresas son instrumentos de cambio

Avatar del Claudia Tobar Cordovez

Todas las empresas deben asumir una responsabilidad con los grandes desafíos del mundo

En la lucha contra el calentamiento global, la desnutrición, la desigualdad y la pobreza, los desafíos son grandes y los recursos a menudo limitados. Estados y organizaciones de alcance mundial implementan programas, campañas e iniciativas para involucrar a más personas en la búsqueda de soluciones. Aunque estos esfuerzos son cada vez más numerosos y exitosos, necesitamos una fuerza masiva para regenerar el planeta y reducir la desigualdad de manera más efectiva. Las empresas privadas son ese instrumento de cambio. Empresas de todos los tamaños e industrias tienen el potencial de realizar profundos cambios no solo en la economía local e internacional, sino que su funcionamiento en sí puede provocar transformaciones significativas a nivel social y ambiental.

Si todas las empresas tuvieran el mismo interés en contribuir al planeta y a su gente con la misma energía que buscan rentabilidad, el impacto sería enorme. Las empresas tienen un gran potencial de cambio en temas como la desigualdad de género, al crear políticas, condiciones, procesos de contratación y apertura de empleos focalizados que pueden transformar las condiciones de vida de familias enteras. Si las empresas aplicaran políticas y acciones más responsables con el medio ambiente, podríamos reducir drásticamente nuestra huella ambiental. Destinar un pequeño porcentaje a proyectos de ayuda ambiental y social aliviaría los desafíos que enfrentamos. Así poco a poco con solo unos compromisos, el mundo entero se sanaría.

Existen sellos y certificaciones a nivel mundial que promueven y validan estas buenas prácticas, pero aún son pocas las empresas valientes que asumen este compromiso en todas sus acciones corporativas. Todas las empresas, independientemente de su industria y tamaño, deben asumir una responsabilidad con los grandes desafíos del mundo. Su aporte puede parecer insignificante individualmente, pero la clave está en convertirlo en el nuevo estándar empresarial. Esto no se limita necesariamente a una política pública, sino que requiere un compromiso genuino para entender el potencial de cambio que tendríamos si todos actuamos unidos.