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Claudia Tobar: Las mujeres podemos tenerlo todo

Avatar del Claudia Tobar Cordovez

Que tus hijos te vean cada día persiguiendo tus sueños es el mejor ejemplo que podemos darles

He conocido a muchas mujeres en sus treintas a las que les pregunto sobre si desean ser madres y su respuesta es: “Me preocupa perder mi vida y mi libertad al elegir ser madre”. Estas mujeres son honestas sobre el sacrificio que implica la maternidad, pero al mismo tiempo se sienten atraídas por la experiencia mágica de ese rol. Este conflicto cognitivo empieza en la infancia, desde que observamos modelos de maternidad a nuestro alrededor; luego se complementa con nuestros propios sueños y se ve influenciado por las redes sociales. Todos estos factores hacen que en nuestras mentes la idea de tener una carrera exitosa llena de desafíos, éxitos, crecimiento, y la maternidad parezcan mutuamente excluyentes.

Nos han vendido la idea de que es incompatible aspirar a tenerlo todo. No vamos a desestimar que todavía la desigualdad de cuidado de los niños nos pone a las mujeres con una desventaja de tiempo y que las leyes de periodos de lactancia y maternidad con frecuencia no nos ayudan, pero a pesar de todo esto creo que sí hay como tener todo. La primera razón que me lleva a creer esto es que los hijos solo estarán bajo nuestra dependencia durante los primeros 21 años, con períodos de demanda variable, pero al final, finitos. 

Aunque parezca largo, los años pasan y esos 21 comparados con los 100 que vamos a vivir ya no resultan tan largos. Esos hijos por los que sacrificamos todo se van a ir a volar su vuelo, a vivir sus sueños. Sin duda el rol de la maternidad promete ser satisfactorio y gratificante, pero no es necesario abandonar nuestros sueños. Se puede encontrar dicha felicidad combinando los dos roles. La segunda razón por la que creo que una mujer puede tenerlo todo, es porque si nosotras mismas no creemos que sea posible, difícilmente vamos a abrir el camino para construir esa realidad. Compartiendo con nuestras parejas todas las tareas del cuidado para que esa misión de quererlo todo sea empoderamiento y no explotación. No voy a mentirles que este camino no es sacrificado y que combinar estos sueños es agotador, pero sí les aseguro que valdrá la pena. Que tus hijos te vean cada día persiguiendo tus sueños es el mejor ejemplo que podemos darles.