Claudia Tobar | Emprender es de valientes
Ante todo, debe cultivar una fortaleza mental
Comenzar un proyecto demanda visión, habilidades y, sobre todo, templanza emocional. Cuando nos embarcamos en la aventura de materializar el sueño de construir una empresa no solo rentable, sino que también aporte soluciones al mundo, la ilusión no viene sola. A menudo se ve acompañada de miedo y dudas sobre nuestras propias capacidades. El emprendedor no solo enfrenta los desafíos inherentes al negocio en sí, sino que su mayor batalla radica en superar las propias inseguridades.
Ante todo, debe cultivar una fortaleza mental. Esta es fundamental para sobrellevar los días en los que parece no haber razones lógicas para continuar, para resistir la presión de saber que tus colaboradores dependen de ti y para creer en la posibilidad de construir algo a partir de la nada. Si bien es cierto que existen habilidades clave para un emprendedor, como el manejo financiero y un enfoque claro en la calidad del producto o servicio, hay una habilidad aún más relevante: creer en uno mismo.
No hay curso ni certificado que pueda validar esta destreza. Debes tener fe en ti mismo, incluso más que en el proyecto. Creer en ti, incluso cuando conoces tus debilidades mejor que nadie, es un acto de valentía. Es este tipo de confianza interior la que te permite superar obstáculos, persistir en tiempos difíciles y mantener viva la llama de la innovación y la creatividad. Sobrevivir los primeros años del proyecto, que serán intensos, ingratos y solitarios. Hay mucha adrenalina, pero poca dopamina para contrarrestar la experiencia. Hay un grado de masoquismo en esta etapa en donde la piel se vuelve más gruesa y las decepciones duran poco. En donde estar fuera de la zona de confort es un nuevo estilo de vida, que desafía al cuerpo y a la mente. Si sobrevives esos primeros años se empezarán a ver los frutos de la siembra. Solo un emprendedor sabe lo que hay detrás de esos frutos. Y de pronto miras atrás y con orgullo eres un sobreviviente. Has dejado de ser la mayoría que solo sigue y ahora lideras. Los emprendedores son valientes; hoy celebro su tenacidad y valentía. Pero, sobre todo, les agradezco, porque al apostar por sí mismos están apostando por el progreso de nuestro país.