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La aguja que divide al mundo

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‘Antivaxxers’ y convencidos de conspiraciones gubernamentales están aprovechando en redes sociales... La Casa Blanca ha dicho que Facebook tiene que hacer más para detener la proliferación de noticias y argumentos falsos’.

En los últimos años, especialmente durante la presidencia de Trump, ha quedado en ineluctable evidencia la trágica y radical polarización que existe en EE. UU. Los campos de batalla van desde el racismo y la abierta lucha por enseñar o no en las escuelas acerca de teoría crítica de la raza (‘Critical Race Theory’), la malentendida libertad de expresión como justificación para no usar mascarillas, los disturbios generados por el asesinato de Floyd, el asalto al Capitolio, el afán de los obispos de negar la comunión al presidente Biden; y, desde luego, el fenómeno ‘antivaxxer’.

El movimiento ‘antivaxxer’ no es nuevo en EE.UU., pero negarse a vacunar se ha vuelto la bandera de lucha de los conservadores (fundamentalmente republicanos), que están convirtiendo esa postura política en un riesgo de salud general, a pesar de la existencia de vacunas, y un innegable repunte de infecciones y muertes. El hecho es que en EE. UU. una tercera parte de adultos no ha recibido siquiera la primera dosis. Y todo esto es particularmente evidente en los condados y estados en los que Trump (quien en su momento fue ‘antivaxxer’ y no reconoció haberse vacunado hasta semanas después de haberlo hecho) ganó localmente en las pasadas elecciones.

La desinformación durante el gobierno de Trump terminó siendo en buena medida un acelerante en la combustión que define esa polarización que hoy se vive (no llovió en su posesión de mando, no sabía lo de Stormy Daniels, Rusia no tuvo parte en las elecciones, el COVID iba a desaparecer -luego dijo que estaba bajo control-, ganó las elecciones generales, etc.).

Y los ‘antivaxxers’ y los convencidos de conspiraciones gubernamentales están aprovechando en redes sociales esa pólvora regada. La Casa Blanca ha dicho que Facebook tiene que hacer más para detener la proliferación de noticias y argumentos falsos. Doce personas son responsables de casi el 65 % de desinformación respecto de la vacunación. Y eso que Facebook asegura haber eliminado ya 18 millones de publicaciones de esa naturaleza.

El concepto de la “Plandemia” fue una muestra palpable de la desinformación. Un video de más de 20 minutos que sostenía que un grupo secreto de gente poderosa estaba utilizando el virus y las vacunas para hacer dinero y consolidarse en el control del mundo fue visto varios millones de veces. Y cuando a eso le añades que una congresista republicana (Marjorie Taylor Greene) dice que las vacunas no son necesarias, y que el COVID no es peligroso para gente menor de 65 años que no sea obesa, y que las exigencias sobre uso de mascarillas generan un tratamiento similar al que recibieron los judíos en la Alemania Nazi (por lo que luego pidió disculpas), podemos ver que la pólvora está en todos lados.

Desde luego, la última culpa -y la culpa última- la podemos endilgar a la gente que cree en todas aquellas mentiras que le conviene, sin darse el tiempo de tratar de verificar la información; después de todo, rechazar la vacuna es una decisión personal, por más desafortunada que fuere.

Imran Ahmed, fundador y alto ejecutivo del Centro para Contrarrestar el Odio Digital, hace bien en sostener que al igual que los paquetes de cigarrillos tienen una etiqueta que dice que el tabaco mata... en redes sociales debería haber una advertencia similar, que sostenga que la desinformación mata.