Glenn Hubbard: Cómo puede Trump obtener crecimiento
Las empresas privadas no pueden apropiarse de todas las ganancias derivadas de sus gastos en investigación básica
El secretario del Tesoro de EE.UU., Scott Bessent, no se equivoca al identificar el crecimiento económico como piedra de toque de la segunda presidencia de Donald Trump. Un crecimiento más firme implica mejorar los ingresos y el nivel de vida, y también puede reducir el creciente déficit presupuestario federal, la relación deuda/PIB de EE.UU. y aliviar tensiones, a veces difíciles, entre el gasto en defensa, gasto social y gasto en educación e investigación. Pero no basta con desearlo. Para conseguirlo se necesita un programa cuidadosamente elaborado sobre la base de conocer los mecanismos a través de los cuales las políticas económicas pueden aumentar o reducir la producción. Una política tributaria favorable a la inversión puede estimular la acumulación de capital, productividad y PIB, mientras que un aumento de tipos de interés derivado de modificaciones a políticas tributarias o de gasto que se financien con déficit pueden tener efecto contrario. Dado que el crecimiento de las horas trabajadas es un componente del crecimiento de la producción o del PIB, la nueva administración debe evitar políticas contrarias al trabajo, que dificulten la participación plena en mano de obra, o introducir obstáculos súbitos a la inmigración legal. Aun reconociendo que algunos cambios de políticas favorables a la producción pueden tener efecto negativo en otras áreas de interés social o en seguridad nacional, las autoridades no deben apartar la vista del aumento de la productividad. Los tres pilares de cualquier política de mejora de productividad son: apoyo a la investigación, normas tributarias favorables a la inversión y más eficiencia regulatoria. La investigación básica en ciencia, ingeniería y medicina impulsa innovaciones que generan avances en tecnología, organización empresarial, salud y bienestar, y es razonable que el gobierno federal la apoye. Las empresas privadas no pueden apropiarse de todas las ganancias derivadas de sus gastos en investigación básica y eso resta incentivos para invertir en ella. El apoyo estatal en este ámbito produce valiosos efectos derrame (los gastos en investigación del Departamento de Defensa se convirtieron en catalizadores de la revolución digital de hoy). El apoyo federal a centros de investigación aplicada en todo el país acelerará la difusión de nuevas tecnologías e ideas que mejoren la productividad. Estos centros tienden a generar distribución más amplia de la prosperidad económica, pues aumentan el acceso a nuevas ideas. La administración debe tratar de ampliar las normas proinversión de la Ley de Empleo y Reducción de Impuestos promulgada por Trump en 2017. La reforma que sustituía el régimen tributario de las empresas basado en ingresos por otro basado en flujo de caja que permite amortización inmediata de inversiones pero no deducción de intereses para empresas no financieras, estimularía la inversión y el crecimiento, eliminando el sesgo impositivo favorable a financiación con deuda en vez de capital, y simplificaría el sistema tributario. Lo que importa para el crecimiento es introducir cambios regulatorios que mejoren las perspectivas de crecimiento a través de innovación, inversión y asignación de capital, y presten atención a tensiones entre diferentes riesgos. Es probable que la regulación financiera con el nuevo gobierno mejore la asignación de capital y las perspectivas de crecimiento. Pero las autoridades deben mejorar el clima para construcción de infraestructuras y modernización de las redes eléctricas del país que dé apoyo a los centros de datos de IA generativa. Esto demanda más atención al análisis costobeneficio a nivel federal y mejorar la coordinación con autoridades de estados y municipios en otorgamiento de permisos. Se podrían usar programas federales de apoyo financiero para proveer incentivos y desincentivos.