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Michael R. Strain: El futuro de la IA sin empleos todavía está muy lejos

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Gran parte del temor de que los avances tecnológicos eliminen la necesidad de trabajadores humanos está arraigado en una mentalidad de suma cero

En una discusión reciente con el primer ministro británico, Rishi Sunak, el multimillonario tecnológico Elon Musk hizo una profecía: “Habrá un momento en que no hará falta ningún empleo”, debido a los avances en inteligencia artificial. “Se puede tener un empleo si uno quiere un empleo”, siguió diciendo el CEO de Tesla y SpaceX, “pero la inteligencia artificial podrá hacer todo”. Musk no especificó cuándo exactamente llegará ese momento. Pero, al menos en las próximas décadas, las posibilidades de que la IA cause un apocalipsis laboral son muy escasas. La nueva tecnología hará que muchos trabajadores sean más productivos y que, por ende, tengan mayor valor para las empresas, que competirán por ellos de manera más agresiva en el mercado laboral, haciendo subir sus salarios e ingresos. Los mayores ingresos harán aumentar la demanda general de bienes y servicios en la economía, lo que a su vez hará subir la necesidad de trabajadores. Este proceso dinámico le permite a una economía evitar un desempleo estructural más alto. Asimismo, la nueva tecnología crea nuevos bienes y servicios, lo que hace crecer la demanda de trabajadores. De cara a las próximas décadas, mi mayor temor no es que haya demasiados trabajadores, sino que haya demasiado pocos. La caída de las tasas de fertilidad y el envejecimiento rápido de la población reducirán la tasa de crecimiento de la fuerza laboral en EE. UU. y en gran parte del mundo desarrollado. Estos países podrían depender de mayores ingresos de inmigrantes para compensar la escasez, pero los vientos políticos soplan en dirección contraria. En EE. UU., la Oficina de Presupuesto del Congreso pronostica un crecimiento demográfico anual de 0,3 % en las próximas tres décadas, o aproximadamente un tercio del ritmo que se experimentó entre 1983 y 2022. En este contexto, los trabajadores que quieran empleos deberían poder encontrarlos. Los avances en IA serán disruptivos, pero no porque eliminen -o reduzcan sustancialmente- la necesidad de trabajadores. Por el contrario, la IA cambiará lo que muchos trabajadores hacen. Esto no es nuevo. El economista del MIT David Autor junto con otros autores determinaron que la mayor parte del empleo actual radica en especialidades laborales introducidas luego de 1940. Cuanto más miramos hacia adelante, más difícil resulta descartar la posibilidad de que la predicción de Musk se vuelva realidad. Pero un mundo en el que la IA reemplace a todos los trabajadores humanos sería muy diferente del nuestro. Mientras uno de los problemas económicos fundamentales de hoy es cómo sacar el mayor provecho de los recursos escasos, el futuro de Musk es un futuro de abundancia, en el que la tecnología satisface todas nuestras necesidades y la desigualdad, tal como la entendemos hoy en día, ya no existe. ¿Por qué acumular riqueza en un mundo de abundancia? Por otro lado, un mundo de esas características también podría exacerbar la desigualdad, en particular si un número relativamente pequeño de personas son dueñas de las máquinas que generan todo el ingreso. Me siento muy realizado y complacido con mis actividades profesionales, pero la razón principal por la que me levanto y voy a trabajar todos los días es para sustentar a mi familia. Sin la necesidad de tener que poner comida en la mesa y dinero en las cuentas de retiro, ¿nos levantaríamos todos los días con el objetivo de mejorarnos a nosotros mismos y a nuestras comunidades? ¿O caeríamos en los rincones más oscuros de nuestra naturaleza, donde el tiempo ocioso nos conduzca al aburrimiento y la distopía? No existen respuestas fáciles para estos interrogantes. Afortunadamente, es más probable que no tengamos que responderlos. El cambio tecnológico no ha eliminado la necesidad de trabajadores humanos en el pasado y, probablemente, no lo haga en el futuro, al menos no en un período que sea relevante para los trabajadores y los responsables de las políticas de hoy.