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Ngaire Woods | Por qué los europeos jóvenes abrazan a la extrema derecha

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En Estados Unidos, los adolescentes pasan un promedio de 4,8 horas por día en las redes sociales

Los progresistas han contado durante mucho tiempo con los jóvenes para defender sus causas. Hace apenas cinco años, los europeos jóvenes votaron por partidos que defendían la acción climática, la justicia social y la reforma democrática. Pero esta tal vez ya no sea una estrategia política viable. Las elecciones del Parlamento Europeo de junio demostraron que muchos votantes jóvenes se han inclinado por la extrema derecha, permitiendo que los partidos euroescépticos, antiinmigrantes y anti-’establishment’ obtuvieran victorias significativas.

Esta tendencia no se limita a Europa, no obstante, el giro hacia la derecha se hace evidente en toda la Unión Europea y ha llevado a muchos políticos a endurecer sus posturas en cuestiones como la inmigración. Pero el creciente respaldo de los votantes jóvenes por los partidos xenófobos, anti-UE y ultraconservadores no está tan motivado por un sentimiento contra los inmigrantes como por una fuerte sensación de que los políticos del establishment los han traicionado. Los europeos jóvenes lidian con una crisis del costo de vida y perspectivas económicas cada vez peores. Esta creciente frustración se puede atribuir, en parte, a la incapacidad por parte de los políticos de la UE de garantizar empleos seguros y bien remunerados para los jóvenes. Se han hecho algunos progresos a la hora de abordar el problema; aún así, el apoyo por la extrema derecha ha aumentado en todo el bloque en medio de pruebas cada vez más evidentes de que, no importa lo mucho que trabajen, la mayoría de los jóvenes terminarán siendo más pobres que sus padres. El problema se extiende más allá del mercado laboral. En muchos países europeos, los jóvenes también atraviesan una crisis de vivienda, aulas superpobladas y sistemas de atención médica deficientes. Frente a las alzas de los alquileres, los honorarios exorbitantes de la educación y los salarios reales estancados, los votantes jóvenes cada vez más se preguntan quién se va a ocupar de sus problemas. Los políticos de extrema derecha, si bien culpan erróneamente a la inmigración, al menos reconocen que existe un problema y lo hacen de maneras que resuenan entre los votantes jóvenes. Las redes sociales son un buen ejemplo. En los años 1960, el teórico de la comunicación Marshall McLuhan destacaba la importancia de cómo se comunican los mensajes, no solo lo que se está diciendo. Los medios a través de los cuales se comunica la gente, decía, dan forma a sus interacciones. Su famosa observación de que “el medio es el mensaje” es aún más pertinente en la era de plataformas como TikTok, que les permiten a los demagogos de extrema derecha adaptar sus mensajes para la gente joven.

Los políticos veteranos no entienden que las redes sociales pueden ser una herramienta poderosa para fomentar el compromiso, la vinculación y la formación de identidad. Los que las ven como un grupo focal disponible a toda hora, y que dan forma a sus políticas según los caprichos y reacciones inmediatas de los votantes, son tan peligrosos como los que las ignoran por completo. Al alimentar reclamos compartidos, estas pueden ayudar a los movimientos políticos a expandirse y a convocar seguidores. Dado que una generación de votantes jóvenes pasa gran parte de su tiempo en plataformas como YouTube, TikTok e Instagram el resultado podría ser un cóctel político tóxico. Para volver a seducir a los jóvenes desafectos, los líderes políticos deben ofrecerles un futuro en el que puedan creer y abrazar las plataformas mediáticas en las que viven los jóvenes.