Sin segundas oportunidades

Este noviembre, Reino Unido (RU) dará la bienvenida a los países del mundo en Glasgow, Escocia, para la 26ª Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP26). El primer ministro Boris Johnson envió la semana pasada una invitación para que el presidente Guillermo Lasso asista. Esta es nuestra oportunidad para combatir la enorme amenaza del cambio climático, construyendo un futuro más limpio y prometedor para todos. Los objetivos están claros. En 2015 el mundo firmó el Acuerdo de París, tratado internacional para abordar la crisis climática que nos compromete a limitar los aumentos de temperatura global muy por debajo de los dos grados, apuntando a 1,5 grados. Cada fracción de grado hace la diferencia. Un aumento promedio de la temperatura global de dos grados, en comparación con 1,5, afectaría a cientos de millones de personas más y resultaría en la pérdida de vastas extensiones de hábitats de plantas y animales. Sin embargo, desde que se estableció el objetivo de 1,5 grados el mundo no ha hecho lo suficiente y el planeta se está calentando. Si continuamos como estamos, estos efectos empeorarán y se acelerarán. Es lo que hace que la COP26 sea tan crucial. Debe ser el momento en el que todos los países y todos los sectores de la sociedad asuman su responsabilidad de proteger el planeta y mantener vivo el objetivo de 1,5 grados. Tenemos un plan claro para lograrlo. Como presidente designado de la COP26, junto con el primer ministro del RU, los ministros y toda la red diplomática británica, estoy impulsando la acción en torno a cuatro objetivos clave. Primero debemos encaminar al mundo en la ruta de la reducción de emisiones hasta alcanzar cero emisiones netas a mediados del presente siglo. Esto es imperativo para mantener los 1,5 grados a nuestro alcance. Por tanto necesitamos que los países presenten objetivos claros para reducir las emisiones. El nuevo gobierno de Ecuador tiene la oportunidad de renovar este compromiso e incrementar significativamente la ambición climática, mientras promueve una recuperación económica sostenible y respetuosa del medio ambiente. También necesitamos ver acción en los sectores que más contaminan. La de Glasgow debe ser la COP que envíe la energía de carbón a la historia, pida un respiro a la deforestación y marque el fin de los vehículos contaminantes. Nuestro segundo objetivo es proteger a las personas y la naturaleza de los peores efectos del cambio climático. La crisis climática ya está aquí y debemos actuar sobre la necesidad real de contar con sistemas contra inundaciones y de alerta, y otros esfuerzos vitales para evitar, minimizar y enfrentar pérdidas y daños causados por el cambio climático. El tercer objetivo es el financiamiento, sin el cual la tarea que tenemos por delante es casi imposible. Los países desarrollados deben entregar los $ 100.000 millones al año que prometieron para apoyar a los países en desarrollo. El RU está predicando con el ejemplo, habiendo comprometido $16.300 millones entre 2021 y 2025. Por último, debemos trabajar juntos para lograr estos objetivos. Eso incluye la construcción de consensos entre gobiernos para que las negociaciones sean un éxito, y hacer que las empresas y la sociedad civil se unan a nuestros objetivos de la COP26 para fomentar la colaboración internacional en sectores cruciales.
Hago un llamado a todos los países para que redoblen sus esfuerzos con el fin de lograr estos objetivos. La COP26 es nuestra última esperanza de mantener viva la meta de 1,5 grados. Este es nuestro momento. No hay segundas oportunidades. ¡Aprovechémoslo juntos!