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¿Arabia Saudita productor regulador?

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Las sanciones occidentales resultantes alteraron los suministros de petróleo de Rusia, lo que ayudó a que los precios subieran

La demanda china fluctuante ha contribuido a la volatilidad en los precios internacionales del petróleo. Pero la última evolución del lado de la oferta tendrá implicancias geopolíticas y financieras inmediatas que irán mucho más allá del mercado petrolero. Arabia Saudita ha regresado a escena como el productor regulador más importante y el fijador de precios marginales más influyente. Sin embargo, todavía no está claro cuánto tiempo durará esta situación. Los efectos en los precios impulsados por China han sido impredecibles este año. La composición de los determinantes de precios del lado de la oferta ha sido mucho menos constante, lo que hace que el forcejeo con efectos en la demanda sea mucho más intrigante. El predominio de larga data de la OPEP, encabezado por Arabia Saudita, se esfumó como consecuencia del crecimiento explosivo de los productores de esquisto. El papel de productor regulador, crítico para recortar los grandes incrementos de precios en cualquier dirección, se encaminó hacia ellos y se alejó de Arabia Saudita y sus aliados de la OPEP. En un intento por restablecer su influencia Arabia Saudita y Rusia acordaron en 2016 sellar un acuerdo de cuotas de producción ampliado que restableció la efectividad de los techos de producción anunciados por sus miembros. Pero su papel de fijador de precios principal se vio minado en los años subsiguientes por los crecientes temores sobre el cambio climático y la necesidad urgente relacionada de reducir la dependencia de combustibles fósiles. Y la invasión rusa a Ucrania interrumpió la aparente erosión de larga data del papel económico y político global de la OPEP+. Las sanciones occidentales alteraron los suministros de petróleo de Rusia, lo que ayudó a que los precios subieran e instó a una renovada conciencia de la importancia de Arabia Saudita, a la que instaron a tomar medidas para hacer bajar los precios. El presidente norteamericano Biden visitó el reino como parte de sus esfuerzos por reducir la carga del precio de la energía en los norteamericanos de cara a las elecciones parlamentarias de medio término de noviembre. Los mercados claramente entendieron la señal política y de inmediato moderaron los precios del petróleo, anticipando una mayor producción sostenida por la OPEP. La nueva configuración del mercado petrolero es frágil, algo que las autoridades sauditas reconocen. Ya hay señales de que los precios altos están afectando la demanda directa e indirectamente. La moderación del consumo estará acompañada por el incentivo a hacer un uso más eficiente de la energía, tendencia que ampliará el renovado énfasis en la seguridad energética. Deberíamos esperar que el lado de la oferta se adapte, reduciendo la actual influencia dominante de la OPEP. Los productores de esquisto, particularmente EE. UU., aspiran a aumentar la producción. Tras décadas de relativa estabilidad, el dominio del mercado petrolero en los últimos 15 años por parte de la OPEP y productores de esquisto ha demostrado ser efímero. Por la creciente hostilidad hacia los combustibles fósiles es poco probable que el que Arabia Saudita recupere su papel de productor regulador y altere la dinámica de más largo plazo del mercado petrolero global. Es cuestión de tiempo hasta que el lado de la oferta se ajuste y las consideraciones de la demanda vuelvan a mostrarse considerables