Premium

Hacia nuevas formas de contratar

Avatar del Columna Internacional

En las economías más dinámicas las empresas actúan como incubadoras de habilidades, ayudando a desarrollar los talentos y capacidades que buscan en las fuentes de personal experimentado’.

Nunca ha sido fácil saber con certeza si alguien será la persona adecuada para un puesto de trabajo hasta que esté desempeñándolo. Por eso a veces el proceso de contratación implica un salto de fe para candidatos y empleadores, sobre todo ahora que la escasez de mano de obra y el ritmo de cambio de las tecnologías restan eficacia a las prácticas de contratación tradicionales. Las empresas necesitan nuevos métodos para evaluar el talento y deben reforzar el desarrollo de habilidades mediante capacitación en el puesto de trabajo. Lo primero que deben hacer es comprender mejor la forma en que las personas pasan de un empleo a otro y lo que ese proceso implica para ellas. En una investigación reciente, el McKinsey Global Institute examinó millones de historiales profesionales anónimos y ofertas de trabajo en cuatro grandes economías (Estados Unidos, Alemania, Reino Unido e India) para ver de qué manera la gente acumula habilidades durante sus carreras. El estudio determinó que casi la mitad del ingreso vitalicio medio de las personas depende de la adquisición de habilidades y de la obtención de puestos de trabajo más adecuados como resultado de la experiencia laboral. La proporción suele ser mucho mayor para personas sin título universitario que empiezan en trabajos poco remunerados. La movilidad en el mercado laboral es mayor de lo que se cree: el tiempo medio entre cambios de empleo es entre 2 y 4 años. Un hallazgo incluso más elocuente es que 80% de los cambios de puesto de trabajo en la década anterior a la pandemia implicó un cambio de empleador. Los empleadores deben adaptar sus estrategias de contratación y retención a la realidad de que la gente con talento siempre buscará oportunidades en otra parte. Se cambia de empleo para encontrar uno mejor. Para muchos eso puede implicar la búsqueda de un puesto que aporte un cambio positivo de estilo de vida y más felicidad, tal vez como resultado de una mejora en el ambiente de trabajo, mayor flexibilidad, más cercanía al hogar o un horario más estable. Pero hay estudios que muestran que los trabajadores prestan cada vez más atención a las oportunidades de aprender nuevas habilidades y avanzar. Mas nadie puede hacer un cambio a un empleo muy distinto a menos que el empleador esté dispuesto a apostar a su potencial, lo que solo funciona si la empresa ofrece modalidades efectivas de capacitación y aprendizaje en el puesto de trabajo. Las empresas que lo hacen pueden mejorar la productividad y la retención de empleados y al mismo tiempo proveer las oportunidades de crecimiento que los trabajadores quieren y necesitan. El MGI halló que los empleadores con buenos indicadores en materia de salud organizacional, capacitación y progreso interno parecen tener un efecto impulsor sobre sus empleados, que muestran una mayor movilidad ascendente durante el resto de sus carreras. Invertir en el desarrollo de un empleado puede aumentar su atractivo para otros empleadores pero las empresas tienen que perderle el miedo a los flujos que gobiernan el mercado laboral. La pérdida de un buen empleado para una empresa es la obtención de uno bueno para otra, y en un mercado voluminoso, estos movimientos se compensan y benefician a los empleadores más proactivos e innovadores. Reforzar el aprendizaje y el desarrollo en tiempos de aumento de la movilidad laboral puede parecer contrario a la intuición, pero en realidad es más importante que nunca.