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Segunda vuelta

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El hombre, único capaz de eliminar su propia especie, de tropezar con las mismas piedras, repetir sus errores y causar su propia miseria’.

Debemos escoger una de las dos opciones. No se trata de quién nos simpatiza o es más popular. El tema es mucho más serio; está en juego el futuro del país, la suerte de nuestros hijos, las fuentes de trabajo de miles de compatriotas, nuestra libertad para opinar, escoger autoridades, elegir nuestros jueces, determinar nuestro futuro.

Hemos sido testigos del ir y venir de millones de venezolanos que deben someterse a todo tipo de penurias, dormir en los parques, debajo de los puentes, caminar miles de kilómetros, buscando cómo sobrevivir. Millones de cubanos prefirieron emigrar y los que se quedaron en la isla, todavía no reciben los beneficios prometidos por su revolución. Aún hoy, muchos se aventuran a escapar en frágiles embarcaciones, de un régimen que los oprime y no les permite vivir en libertad. Chile, durante el gobierno de Allende, experimentó un gobierno socialista y estuvo a punto de colapsar, con un país enfrentado ideológicamente, su economía en caos, un desabastecimiento general y la total desvalorización de su moneda. Argentina: en un año de gobierno de Fernández, su moneda ha perdido la mitad de su valor y los productos comienzan a escasear en tiendas y supermercados.

El hombre, único capaz de eliminar su propia especie, de tropezar con las mismas piedras, repetir sus errores y causar su propia miseria.

España soportó una cruenta guerra civil por caer en extremismos ideológicos y no agotar democráticamente fórmulas de consenso que les permitieran convivir en libertad. A su vez, el holocausto y la pobreza general en Europa, después de dos guerras mundiales, ocurrieron por permitir a Hitler y Mussolini todos sus excesos.

Ecuador debe elegir un gobernante que nos brinde paz y garantice la vigencia de la dolarización, que permita a los ciudadanos ser dueños de su dinero; ahorrar y trabajar con libertad; que la empresa privada pueda crecer y seguir generando empleo. Que las exportaciones produzcan divisas que aseguren y fortalezcan nuestra economía. Nuestro país no necesita gobiernos financiados por la guerrilla o el narcotráfico, que luego sometan e incentiven el abuso de drogas en nuestra juventud. Tampoco necesitamos gobiernos que se conviertan en interminables dictaduras, que solapan abusos, todo lo que se traduce en mayor pobreza de muchos ecuatorianos. Todavía quedan pendientes muchos casos por dilucidar. La Asamblea debe ejercer su rol fiscalizador, devolverle a esa función la majestad que le corresponde y sancionar los malos manejos de la función pública.

Los partidos políticos, especialmente ID y Pachakutik, deberían ser los más interesados en que no gane la extrema izquierda. De hacerlo, pueden estar seguros de su partida de defunción, olvidarse de las opciones futuras de poder o de llegar a ser gobierno alguna vez. No tendrán oportunidad en un nuevo gobierno de izquierda totalitaria.

Nosotros los electores debemos elegir a quien nos pueda encauzar por un camino de consensos, crecimiento económico y progreso para la mayoría, especialmente para los más jóvenes, que no se vean obligados a emigrar, y que son quienes nos exigen una verdadera y nueva oportunidad. ¡Votemos con responsabilidad, por el Ecuador que queremos!