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Art Brown: Descubriendo el tejido social, la clave de la seguridad

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El voluntariado me enseñó además que involucrar a las personas en la creación de soluciones las hace más impactantes

El Ecuador y su gente cálida y amable no dejan de asombrar. Me sorprendieron hace más de 10 años cuando llegué al Ecuador a estudiar español y me encontré con una increíble familia que me acogió como su hijo y me enseñó a comer sopa de quinua. Ahora, en mi paso como embajador de los Estados Unidos, Ecuador y su gente me siguen impactando por su calidez, amabilidad y alegría, en todos sus bellos rincones.

Durante mis 100 primeros días como embajador he reconfirmado que el Ecuador está lleno de personas resilientes que luchan por su comunidad. Tengo mucho respeto por todos y creo en la dignidad de cada uno. He tenido el privilegio de reunirme con diferentes oficiales gubernamentales y locales, y también con personas de distintas comunidades, quienes me han compartido su experiencia e incluso su deliciosa gastronomía. Comprender la visión de los distintos actores de la sociedad, y entender que soy un extranjero aprendiendo de este país, me ha permitido identificar aquellos valores compartidos y aquellas causas comunes por las que los Estados Unidos y el Ecuador luchan.

En mis visitas a Esmeraldas y Guayaquil confirmé que las comunidades están ansiosas por salir adelante y eso me recordó aquella enseñanza de mi abuelo: no importa el tipo de trabajo que hagas, todos somos iguales. Conocí también a varios jóvenes y comprobé que el fortalecimiento del tejido social es la base para un país más próspero y seguro. No podemos tener seguridad e igualdad de condiciones si nuestros niños no pueden ir a la escuela, si no pueden tener una actividad extracurricular que prevenga su vínculo a bandas delictivas, o si no hay un hospital adecuado para atenderlos cuando sea necesario.

Mi experiencia como voluntario en mi país, y fuera de él con el Cuerpo de Paz, en Benín, y más de 25 años con Usaid en temas de desarrollo internacional, me ha demostrado que los resultados de situaciones duras pueden influir en el comportamiento de la juventud. Si enfrentamos los problemas sociales sin una política de prevención, estaremos desatendiendo a esa juventud que muchas veces toma decisiones por falta de oportunidades. El voluntariado con comunidades vulnerables me enseñó además que involucrar a las personas en la creación de soluciones las hace más impactantes, efectivas y sostenibles.

Un tejido social débil pierde sus valores y se vuelve más vulnerable a actos de corrupción que debilitan la sociedad. Los Estados Unidos seguirá luchando con el Ecuador para que aquellos actores que han perjudicado a su comunidad y a su país con sus actos corruptos rindan cuentas. No importa su cargo ni su procedencia, la corrupción debe ser condenada. Debe tratarse no como un problema aislado, sino como un reto global que está corrompiendo nuestras sociedades.

Aún me queda mucho por aprender de ustedes, mis queridos ecuatorianos. Sin embargo, lo que sé con certeza es que los Estados Unidos y el Ecuador, juntos, pueden construir un futuro más seguro, inclusivo y próspero. Sigamos trabajando unidos, todos comprometidos con el progreso de nuestras naciones y el bienestar de nuestras sociedades.