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Carmen Ojeda: ¿Es aceptable la violencia en la pareja?

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Para prevenir el abuso en la relación de pareja es importante tomar en serio cualquier indicio de esta

En toda relación de pareja existen conflictos y problemas de distinta intensidad, y en todos ellos es importante no responsabilizar únicamente a uno de los dos miembros sino reconocer la contribución de ambos para que el problema inicie y/o se mantenga. Esto es cierto para todo tipo de conflictos, excepto en caso de violencia.

La violencia, ya sea física, psicológica o sexual, es totalmente inaceptable en la relación de pareja y es responsabilidad exclusiva de quien la comete. Nadie debería tener que aceptar o incluso tolerar la violencia ya que es destructiva y convierte la relación entre los cónyuges en una relación víctima-agresor, donde el miedo y la intimidación impregnan el ambiente del que debería ser un hogar.

Cuando recibimos en consulta casos donde la violencia grave es un componente principal, no podemos realizar terapia de pareja ya que esto implicaría dar a entender, aunque sea de forma implícita, que el maltrato es un problema de pareja, cuando en realidad es la persona agresora la que necesita urgentemente la intervención. Otra razón para no intervenir con terapia de pareja es que los temas discutidos en sesión pueden, sin querer, desatar actos de violencia a manera de represalia y estaríamos aumentando el riesgo de la víctima.

El acompañamiento a la víctima de violencia grave se realiza contribuyendo a construir un plan de seguridad adecuado que la ayude a salir de esa relación abusiva, que incluya la denuncia del delito y la solicitud de medidas de protección.

Para prevenir el abuso en la relación de pareja es importante tomar en serio cualquier indicio de esta, aun cuando sea en un nivel bajo ya que puede convertirse fácilmente en violencia más grave. Hay que reconocerla como un problema y hablarlo abiertamente, estableciendo límites y un objetivo de no violencia en la relación.

Es importante aprender a detener las discusiones antes de que desencadenen actos violentos, trabajar en la regulación emocional y en estrategias de manejo de ira de manera personal; y siempre podemos recurrir a la ayuda profesional cuando lo estimemos necesario.