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Carmen Ojeda Oquendo | Cómo afrontar la pérdida de un ser querido

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...es necesario cuidarnos y dejar actuar al tiempo, ser pacientes y compasivos con nosotros mismos...

“Nada en la vida hay más seguro que la muerte” y, aún así, enfrentarse a ella constituye casi siempre un desafío y una realidad para la que nadie está completamente preparado. Experimentar la pérdida de alguien cercano transforma inevitablemente nuestro mundo, e incluso a nosotros mismos, por lo que el proceso de elaborar el duelo requiere de todos nuestros recursos personales, así como el apoyo de los otros, en ocasiones, hasta de recursos comunitarios y asistenciales.

Aun cuando sea un proceso muy doloroso y complejo, tenemos que considerar y aceptar que es un proceso natural y que incluye emociones intensas de tristeza, aflicción, frustración, miedo, enojo y conductas coherentes con estos estados de ánimo, como llanto, pérdida de interés, aislamiento, retraimiento, entre otros.

Tras la muerte de alguien querido es necesario cuidarnos y dejar actuar al tiempo, ser pacientes y compasivos con nosotros mismos mientras logramos adaptarnos poco a poco a una nueva realidad sin aquella persona que ha sido tan importante en nuestra vida. En el proceso podemos poner en práctica algunas recomendaciones que ayudan a la mejor elaboración del duelo: 1. Dar importancia a la pérdida: darle el tiempo y el espacio a la experiencia que estamos atravesando. 2. Tomarse tiempo para sentir: es importante permitirnos tomar contacto con las emociones y los pensamientos que desencadena en nosotros la pérdida. 3. Encontrar formas sanas de descargar el estrés: es importante, a la vez, mantenernos moderadamente activos, hallando un equilibrio entre el sentir y el hacer. 4. Darle un sentido a la pérdida: esto se logra acogiendo los cambios que la pérdida nos produce y tratando de reubicar emocional y psicológicamente a esa persona en nuestra vida. 5. Confiar en alguien para hablar sobre la pérdida. 6. No intentar controlar a los demás en su propia elaboración del duelo. 7. Ritualizar la pérdida de algún modo que tenga sentido para nosotros: a los seres humanos nos es muy útil realizar rituales de despedida, de amor y gratitud con nuestros seres queridos.

Si encontramos obstáculos o dificultades en el proceso, o consideramos que fallamos en la adaptación a un entorno sin nuestro familiar, recordemos que es válido y muy beneficioso acudir a la ayuda profesional para un acompañamiento especializado.