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Carmen Ojeda Oquendo | ¿Sufro de desgaste profesional?

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...se recomienda trabajar en un equilibrio de las diversas áreas vitales: familia, amigos, aficiones, descanso, trabajo y...

El síndrome de desgaste profesional, más conocido como ‘burnout’, hace referencia a la condición en la que el estrés laboral en una persona se convierte en algo tan crónico y habitual, que llega a generar consecuencias en su salud física y emocional.

Esto puede deberse a múltiples factores, entre los que resaltan las características del puesto y el ambiente de trabajo, sumados a la falta de estrategias y habilidades personales para la regulación del estrés y la resolución de problemas. Entran en juego también factores sociodemográficos, como la edad, el género, personalidad, variables familiares, entre otras.

El trabajador que presenta esta condición comienza a experimentar cansancio y fatiga física, emocional y mental. Este síntoma puede ir acompañado del desarrollo de sentimientos, actitudes, y respuestas negativas, distantes y frías hacia otras personas, especialmente hacia los clientes, pacientes, usuarios, etc.; además, de un incremento en la irritabilidad y una pérdida de motivación. La persona trata de distanciarse no solo de los destinatarios de su trabajo (de ser el caso) sino también de los miembros del equipo con los que trabaja, mostrándose cínico, irritable y sarcástico, haciendo culpables a los demás de sus propias frustraciones. Otro síntoma puede ser el sentimiento de bajo logro o realización profesional y/o personal.

Este trastorno se puede y se debe prevenir. A nivel individual se puede realizar actividad física, practicar técnicas de relajación o atención al momento presente, y desarrollar estrategias de regulación de las emociones. Asimismo, se recomienda trabajar en un equilibrio de las diversas áreas vitales: familia, amigos, aficiones, descanso, trabajo y, por último, ir encaminándonos hacia un proceso personal de adaptación de las expectativas a la realidad cotidiana.

 A nivel organizacional se debe evitar la sobrecarga de trabajo, facilitar la ejecución de las tareas diarias, establecer rutinas que promuevan el bienestar, así como brindar programas de ayuda psicológica en las empresas, y atención individual especializada cuando sea necesario.