Carmen Ojeda: ¿Es importante la psicogeriatría?

El acompañamiento psicológico ayuda a la adaptación del individuo a su propio proceso de envejecimiento
La vejez es una etapa de la vida que, como todas, tiene sus propias características, riesgos y desafíos. No tiene una edad determinada de inicio e incluso muchos teóricos afirman que es una interrelación entre varios aspectos biológicos, psicológicos y sociales. La atención psicológica durante la etapa de envejecimiento desempeña un papel crucial en el bienestar de los adultos mayores, que no solo experimentan cambios físicos/estéticos, sino también emocionales, psicológicos y conductuales, los cuales pueden pasar desapercibidos a los familiares o cuidadores en muchas ocasiones. Algunos de los problemas de salud mental que puede experimentar esta población son: cuadros depresivos, cuadros ansiosos, estrés, somatizaciones, psicosis, entre otros.
La psicogeriatría pone un énfasis importante en que con la vejez no se acaba la vida del individuo, sino que inicia una etapa nueva y diferente donde la persona puede disfrutar de todo lo hecho en la vida, observar sus logros, éxitos y fracasos, y tener la oportunidad de significarlos de una manera positiva, evaluando la vida vivida, posibilitando una serena valoración. El acompañamiento psicológico ayuda a la adaptación del individuo a su propio proceso de envejecimiento y a vivir y aprovechar cabalmente esta etapa.
Algunos de los temas más comunes abordados en la psicoterapia individual con adultos mayores son el afrontamiento de la pérdida de control sobre su vida que es un reto al que poco a poco se van enfrentando, la capacidad para aceptar cambios, la elaboración de situaciones de pérdidas y duelos mucho más comunes en esta fase, la experiencia de una vida con pocas gratificaciones o novedad o la pérdida de la capacidad de disfrutarlas, revisión de la vida con la subsecuente necesidad de dar un sentido coherente y positivo a lo vivido o a los conflictos no resueltos.
Otra forma de intervenir a esta población es mediante terapias grupales que aportan un importante espacio de soporte psicosocial o a través de la terapia familiar, que ayuda a afrontar los cambios y/o sintomatología desde un clima de tolerancia y apoyo común.