Por qué Europa y América Latina se necesitan mutuamente
Las normas comunes abrirían puertas entre grandes mercados y generarían oportunidades reales para empresas de ambas partes, apoyando la creación de empleos de alta calidad en Europa y en América Latina’.
En el peligroso e imprevisible mundo multipolar en que vivimos, las relaciones comerciales siguen teniendo importancia fundamental. Pero no pueden separarse de la geopolítica. Muchos europeos creyeron durante mucho tiempo que podían serlo, pero la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania ha puesto de manifiesto los riesgos que plantea la dependencia de la Unión Europea del gas ruso y nos ha demostrado que este enfoque ya no es sostenible. Si la UE quiere ser reconocida como un verdadero actor geopolítico no bastará con reforzar nuestra unidad interna. También debemos recalibrar nuestra brújula estratégica, utilizando nuestros instrumentos políticos y económicos de forma más coherente e identificando los riesgos y las oportunidades de forma más eficaz. Por eso he defendido desde el principio de mi mandato que Europa debe profundizar sus vínculos con los países de América Latina y el Caribe. El acuerdo UE-Mercosur es mucho más que un acuerdo comercial. Se trata de un instrumento profundamente político que, al impulsar el diálogo y la cooperación, sellaría una alianza estratégica entre dos regiones que se encuentran entre las más alineadas del mundo en términos de intereses y valores, y que comparten una visión similar del tipo de sociedades que queremos. Además, a ambos lados del Atlántico, pretendemos reforzar nuestra autonomía estratégica y mejorar nuestra capacidad de resiliencia económica reduciendo las dependencias excesivas. Sin embargo, la autonomía no significa aislamiento. Más bien significa diversificar las cadenas de valor, lo que requiere la cooperación con socios económicos y políticos fiables. Reconociendo que existe una asimetría económica entre ambas regiones, el acuerdo especifica que el comercio se abriría progresivamente, dando así tiempo a los sectores relevantes para modernizarse y ser competitivos. Los países del Mercosur quieren exportar más a Europa, pero también quieren evitar quedar reducidos a exportadores de recursos extractivos. Al reunir a dos de los mayores bloques comerciales del mundo -con una población combinada de más de 700 millones de personas- el acuerdo UE-Mercosur sería el mayor acuerdo comercial que la UE haya firmado jamás. Un tercer argumento a favor del acuerdo UE-Mercosur radica en su potencial para impulsar la acción climática y la protección del medio ambiente. Este acuerdo marca el inicio de un camino compartido y crea el marco institucional necesario para facilitar la cooperación en una amplia gama de áreas de interés mutuo, desde protección de derechos humanos y desarrollo sostenible hasta regulación de la economía digital y lucha contra el crimen organizado. Impulsará nuestras relaciones entre gobiernos e instituciones, y entre parlamentarios, sociedad civil, empresarios, estudiantes, universidades, científicos y creadores. Es hora de abandonar las tácticas a corto plazo. En un mundo de gigantes, la UE y Mercosur representan juntos 10% de la población mundial y 20% del PIB global. Si Europa y Mercosur quieren ser influyentes, el acuerdo comercial es un imperativo estratégico. La presidencia brasileña del Mercosur y la presidencia española de la UE, que comienza en el segundo semestre de 2023, ofrecen una gran oportunidad para inyectar el impulso que necesita la relación UE-Mercosur.