Variedades de riesgo médico generado por el clima
...gente que vivía en un radio de 50 kilómetros de los incendios forestales en Canadá tuvo un riesgo 10% mayor de tumores cerebrales incidentales y un riesgo 4,9% más alto de cáncer de pulmón incidental comparado con gente que vivía en zonas más alejadas’.
Cuando los desastres naturales obligan a la gente a armar valijas y huir en busca de seguridad, suele dejar atrás objetos importantes. Tras la temporada de incendios forestales de 2007 en California, se estimó que “por lo menos un miembro familiar por hogar olvidaba medicación recetada durante la evacuación”. El cambio climático contribuye a la mayor severidad y frecuencia de este tipo de desastres y a interrupciones en la atención médica. Satisfacer necesidades médicas desatendidas de gente desplazada se convertirá en una tarea cada vez más urgente. Huracanes, ciclones, inundaciones e incendios forestales por lo general alteran el acceso a servicios preventivos, de salud mental y tratamientos para enfermedades crónicas. Las exposiciones indirectas a sustancias químicas, patógenos transmitidos por el agua y el aire y contaminación atmosférica como consecuencia de desastres naturales aumentan el riesgo de cáncer. Sustancias químicas de los insecticidas pueden volverse cancerígenas en tanto se recaliente el planeta. Los incendios forestales plantean amenazas similares: destruyen hogares e instalaciones de atención médica y queman partículas de aire peligrosas, aumentando el riesgo de muerte por cáncer de pulmón, de mama y de hígado. Ataques cardíacos, derrames cerebrales y trastornos respiratorios suelen ser consecuencias de las llamas. Mientras los esfuerzos de ayuda se centran en las consecuencias inmediatas de los desastres, los efectos directos e indirectos en la salud tienden a persistir. Sin mayores iniciativas para mantener la continuidad de la atención, la temporada anual de incendios forestales puede llegar a conocerse como la temporada del cáncer. Necesitamos con urgencia enfoques más equitativos para abordar los mayores riesgos de cáncer y enfermedades crónicas producto de las emergencias climáticas, alertas móviles y listas de control para atención de enfermedades crónicas durante emergencias y evacuaciones. Además de garantizar un refugio seguro, los protocolos de preparación para desastres deberían incluir medidas para ofrecer remedios bajo receta médica comunes, telemedicina, servicios de salud mental virtuales, capacitación online para situaciones de crisis a proveedores de atención médica y lineamientos de tratamientos estratificados por recursos. Quienes han contribuido menos al problema soportan la peor parte de los costos. Para ello la Unión Internacional contra el Cáncer (y sus socios) lanzó la Coalición de Acceso a Remedios Oncológicos en países de ingresos bajos y medios-bajos. Y el Departamento de Anestesiología de Michigan Medicine introdujo una Iniciativa de Anestesia Verde para explorar maneras de reducir las emisiones del campo. Hace falta más investigación y educación sobre cómo olas de calor sofocantes, escasez de agua, inseguridad alimentaria, comorbilidades y efectos deshidratantes del tratamiento contra el cáncer podrían amplificar las disparidades asociadas con malos resultados oncológicos en gente desplazada por emergencias climáticas. Abordar la creciente crisis sanitaria generada por el clima es un imperativo moral para la OMS, gobiernos, profesionales de la salud y grupos de defensa de la salud. Nuestra capacidad para llevar vidas saludables depende de tener un planeta saludable. Frente a los cambios del clima, deben cambiar las políticas y protocolos sanitarios.